Dos años después del inicio de la pandemia, millones de personas en todo el mundo continúan trabajando desde casa a tiempo completo, mientras que otra gran parte de la fuerza laboral ha adoptado un modelo híbrido que combina presencialidad con teletrabajo.

Como vimos durante los últimos meses, el trabajo a distancia conlleva múltiples beneficios, tanto para los empleados como para las organizaciones, pero también entraña riesgos para la salud y el bienestar de las personas, tal y como han advertido la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en un informe técnico reciente.

Mientras todos se concentran en la vuelta a la “nueva normalidad” tras las vacunas, ambos organismos de las Naciones Unidas han analizado y expuesto las ventajas y riesgos del teletrabajo para la salud y las medidas necesarias que las compañías, los gobiernos y los trabajadores han de adoptar para adaptarse adecuadamente a las nuevas formas de trabajo. A este respecto, también han aportado una serie de consejos y medidas a implementar de cara a proteger la salud de los trabajadores que ejercen su actividad en modalidad remota. Después de todo, para muchas personas, la “nueva normalidad” significa no volver a la oficina.

LO BUENO Y LO MALO
Tal y como ha señalado la Dra. Maria Neira, Directora del Departamento de Medio Ambiente, Cambio Climático y Salud, de la OMS, en los 2 años transcurridos desde el inicio de la pandemia, ha quedado claro que el teletrabajo puede aportar beneficios para la salud, pero también puede tener un efecto nefasto. “Hacia qué lado se incline la balanza depende totalmente de que los gobiernos, los empleadores y los trabajadores trabajen juntos, y de que haya servicios de salud laboral ágiles e imaginativos, a fin de poner en marcha políticas y prácticas que beneficien tanto a los trabajadores como al trabajo”, señaló en un comunicado.

Entre los beneficios, el informe apunta a una mejora del equilibrio entre la vida laboral y la personal, la posibilidad de un horario flexible y de realizar actividad física, la reducción del tiempo en desplazamientos y del tráfico de vehículos, y la disminución de la contaminación atmosférica. Todos ellos se suman a la posibilidad de un aumento de la productividad y la disminución de costes operativos para las empresas.

En cambio, el análisis de la OMS y la OIT advierten que, sin la planificación, organización y asistencia en salud y seguridad adecuados, el teletrabajo puede acarrear repercusiones en la salud física y psicológica, así como el bienestar social de los empleados. El aislamiento, el agotamiento, la depresión, la violencia doméstica, las lesiones musculoesqueléticas, el aumento de consumo del tabaco o alcohol, la fatiga ocular o el exceso de tiempo sentados frente a la pantalla y un posible aumento de peso son los elementos citados entre los aspectos negativos del trabajo a distancia.

PROTEGE TU CUERPO Y MENTE
Los organismos también señalan la importancia de establecer marcos y políticas que garanticen su calidad. “A medida que nos disponemos a salir del ‘compás de espera’ para asentarnos en una nueva normalidad, tenemos la posibilidad de incorporar nuevas políticas, prácticas y normas de apoyo que garanticen que millones de personas que realizan trabajo remoto tengan un trabajo saludable, feliz, productivo y decente”, dijo Vera Paquete-Perdigão, Directora del Departamento de Gobernanza y Tripartismo de la OIT.

En este sentido, el informe incluye una serie de recomendaciones para que tanto los propios empleados como las compañías velen por la seguridad y el bienestar del teletrabajo atendiendo tanto a aspectos físicos como psicológicos y emocionales, y la organización atienda las necesidades de ambas partes. Entre estas medidas, la OMS y la OIT destacan:

1.- Velar por que los trabajadores reciban el equipo adecuado para completar las tareas del trabajo.
2.- Proporcionar la información, directrices y formación pertinentes para reducir el efecto psicosocial y de salud emocional del teletrabajo.
3.- Formar a los directivos en la gestión eficaz de los riesgos, la gestión a distancia y la promoción de la salud en el lugar de trabajo.
4.- Establecer el derecho a la desconexión y días de descanso suficientes.
5.- Prestar asistencia en salud ergonómica, mental y psicosocial a quienes trabajan a distancia, mediante tecnologías digitales de telesalud.
6.- Debatir y formular planes de trabajo individuales para el teletrabajo y aclarar las prioridades.
7.- Ser claros con respecto a los plazos y a los resultados previstos.
8.- Acordar un sistema común que anuncie la disponibilidad para trabajar y garantizar el respeto a dicho sistema.

Asimismo, el documento indica que las empresas con trabajadores en remoto deben diseñar programas especiales para el teletrabajo. Estos deberán combinar medidas para la gestión del trabajo y el rendimiento con tecnologías de la información y la comunicación y equipos adecuados. Asimismo, han de incluir servicios de salud laboral que presten asistencia en salud general y en salud ergonómica y psicosocial.

Por último, el informe subraya el papel de los profesionales de la salud en el trabajo y de los representantes de los trabajadores. Los primeros son determinantes para la identificación y mitigación de los riesgos para la salud del teletrabajo a través de nuevas fórmulas, como aplicaciones móviles, evaluaciones online o intervenciones tele-ergonómicas. Por su parte, los segundos deberán seleccionar y concertar servicios efectivos con dichos profesionales, incluyendo brindar información sobre el acceso a asesoramiento y servicios.

Fuente: Espacio Mutuo de Mutual de Seguridad.