La inactividad es infravalorada en el ocupado y siempre activo mundo de hoy. Pero durante la mayor parte de la historia humana, el descanso –tiempo en el que podemos recargar las baterías mentales y físicas que usamos mientras trabajamos– fue considerado un regalo preciado.

Hoy, sin embargo, se ha convertido en un lugar común pensar en el trabajo y el descanso como opuestos. El trabajo es activo y valioso: es donde demostramos nuestro valor y creamos un legado. Libros populares como What You Do Is Who You Are (2019) del capitalista Ben Horowitz implican que “ser” y “hacer” son sinónimos.

El ajetreo se usa como una insignia de honor, incluso un signo de superioridad moralEl descanso, por el contrario, a menudo se trata como si fuera pasivo y sin sentido. De hecho, muchas personas apenas piensan en el descanso por sí solo –es simplemente un espacio negativo definido por la ausencia del trabajo.

LA IMPORTANCIA DEL BUEN DESCANSO

“Descansar no es ociosidad, y tumbarse a veces sobre la hierba bajo los árboles en un día de verano, escuchando el murmullo del agua, o viendo las nubes flotar en el cielo azul, no es en modo alguno una pérdida de tiempo”, escribió John Lubbock en 1895. Siendo el arqueólogo que acuñó los términos Neolítico y Paleolítico, innovador en las finanzas y revolucionario de la política, Lubbock solía retirarse regularmente a su casa de campo para compartir con la familia y conversar de historia natural con su vecino Charles Darwin. Vale la pena escuchar lo que tiene que decir, ¿no?

Y es que el descanso es tan esencial para una buena vida y una carrera productiva como el trabajo. El exceso de trabajo es malo para las personas y las organizaciones: un largo período sin un descanso adecuado “quema” a las personas y arruina la productividad de la empresa. Una inmersión profunda en las vidas de los científicos, escritores e incluso generales militares más exitosos de la historia revela que trabajaron muchas menos horas que lo que exigen las sociedades occidentales industrializadas de hoy, y crearon rutinas diarias que equilibraron los períodos de trabajo intensivo con el tiempo de inactividad.

Trabajos recientes en neurociencia y psicología respaldan este enfoque del descanso, mostrando cómo nos permite recargar y estimular nuestra creatividad, y nos brinda el espacio mental para cultivar nuevos conocimientos, e incluso nos ayuda a tener vidas creativas más largas y sostenibles.

Además, los estudios demuestran que un buen descanso no es ociosidad. Las formas más reparadoras de descanso son activas, no pasivas. El descanso es una habilidad: con la práctica, puedes aprender a mejorar y sacar más provecho de él. 

APRENDE A DESCANSAR

No debemos considerar el trabajo y el descanso como opuestos, sino como socios. Cada uno apoya y justifica al otro –y prosperarás completamente a menos que domines tanto el trabajo como el descanso.

Pero descansar es como respirar o correr: por un lado, es completamente natural; y por el otro, es algo que puedes practicar y mejorar para aprovechar mejor sus beneficios. De la misma forma en que los deportistas olímpicos o los monjes budistas aprenden a controlar su respiración para mantener su energía y calmar la mente, las personas ocupadas necesitan aprender a descansar de forma que realmente recargue sus baterías (tanto físicas como mentales). 

  • TÓMATELO EN SERIO. 

Dale una mayor prioridad. El mundo no es generoso con el tiempo de inactividad. Siempre hay más cosas por hacer, o cosas que podrían hacerse un poco mejor. Entonces, para cosechar los beneficios del descanso, debes nutrirlo y protegerlo. Eso significa reservar tiempo para ello en tus horarios diarios y en tu vida en general.

Mira tu calendario: ¿Está lleno sólo de reuniones, fechas límite y responsabilidades domésticas? Si es así, dedica algún tiempo a pensar en cuándo y en qué parte de tu horario puedes comenzar a tener algo de tiempo para un descanso de calidadSi pareciera ser que no hay espacio, ¿a qué estás dispuesto y eres capaz de renunciar para hacer el tiempo necesario? Es posible que debas ser creativo y coordinar con tu pareja, por ejemplo, de forma que ambos puedan tener sus propios momentos de inactividad.

  • ESTABLECE LÍMITES CLAROS. 

Las personas en trabajos de alto estrés que tienen buenos límites entre el trabajo y la vida, que se toman los fines de semana libres y regularmente se van de vacaciones tienen menos probabilidades de agotarse que aquellos que no lo hacen.

Evita tratar de descansar y trabajar al mismo tiempo (una aspiración que se vuelve más desafiante por el hecho de que llevas la oficina en el bolsillo). Los límites claros entre el trabajo y el descanso hacen que ambos sean más efectivos. Por lo tanto, intenta retomar el control de tus noches, fines de semana y vacaciones.

Comienza por reducir las consultas a tu teléfono y correo electrónico por la noche y los fines de semana, y resiste las distracciones no laborales durante el día. Además, programa actividades regulares de descanso con otras personas, ya sean caminatas diarias con tu pareja o salidas mensuales con amigos – así, aumentarán las posibilidades de que te mantengas comprometido.

  • ORGANIZA TUS DÍAS CON CAPAS DE TRABAJO Y DESCANSO. 

Todos trabajamos de maneras diferentes, según nuestra profesión, las exigencias de nuestro trabajo y si somos introvertidos o extrovertidos, madrugadores o noctámbulos. Pero se ha descubierto que casi todo el mundo lo hace mejor cuando siguen estos 2 pasos:

1. Primero, programa tu trabajo en torno a períodos de bloques ininterrumpidos y altamente concentrados de 90 a 120 minutos, seguidos de descansos de 20 a 30 minutos. La mente de la mayoría de las personas tiene dificultades para concentrarse durante más tiempo, aunque intentemos convencernos de que podemos trabajar más.

2. En segundo lugar, programa esos períodos de trabajo para que hagas tus tareas más importantes durante tus períodos de máxima energía y concentración (tus “peaks circadianos”). Para la mayoría de las personas, esto significa hacer el trabajo más importante y atractivo a primera hora de la mañana y dejar las reuniones y el correo electrónico para la tarde, pero tú haz lo que funciona para ti, así que si tienes más energía por la tarde, planifica tu horario alrededor de eso.

  • PRACTICA EL JUEGO PROFUNDO. 

Hacer un trabajo de clase mundial requiere tener grandes escapes del trabajo, en forma de pasatiempos serios o «juegos profundos» (es decir, en los que realmente te involucres). Si estás acostumbrado a mantenerte ocupado y odias la idea de bajar el ritmo, puede ser reconfortante darse cuenta de que algunos de los descansos más reparadores son activos, no sólo pasivos. El descanso no es “parar”.

¿Qué elegir? Eso depende de ti, pero un sorprendente número de premios Nobel, directores ejecutivos, empresarios y generales militares tienen pasatiempos que consumen mucho tiempo, son exigentes física o mentalmente e incluso son peligrosos, como navegar o escalar montañas. Otros son corredores, pintores o músicos dedicados. Sin embargo, independientemente de lo que elijas, debe ser mentalmente absorbentebrindarte algunas de las mismas recompensas psicológicas que tu mejor trabajo, pero en un contexto muy diferente y lejos de los problemas laborales. 

  • NO SUBESTIMES LAS SIESTAS Y EL SUEÑO. 

En su famoso estudio de 1993 de violinistas en el conservatorio de Berlín, el psicólogo sueco Anders Ericsson informó que todos los estudiantes calificaron el sueño como muy importante para mejorar su desempeño y, además, que el ‘mejor grupo’ (superestrellas en espera, como él los llamaba) y los mejores estudiantes (muy buenos, pero no superestrellasdormían más siestas por las tardes que el tercer grupo, simplemente ‘bueno’.

Una siesta de 20 minutos proporciona un impulso de energía comparable con una taza de café fuerte (sin el bajón posterior) y nos ayuda a retener mejor la información nueva. E incluso si no puedes tomar una siesta en el trabajo, mejorar tu sueño en casa -establecer un horario regular para acostarse y tener un ritual antes de acostarse que tranquilice la mente y los nervios- valdrá la pena.

A medida que sigas estos consejos, lo más probable es que encuentres el rechazo de jefes que quieren que creas que el exceso de trabajo es una virtud. El mundo nos dice “El trabajo es importante”, a lo que nosotros necesitamos responder: “El descanso también lo es”.

Fuente: Espacio Mutuo de Mutual de Seguridad