Subsecretaría convocó al organismo, formado por expertos y jefes de división, y solicitó un catastro nacional de camas críticas, equipamientos, fármacos y recursos humanos. Proyectados a 15 días, la cartera maneja dos escenarios: uno moderado, que prevé una demanda menor al 40% sobre los cupos en uso, y el peor, que el requerimiento se cuadruplique, requiriéndose llegar a 1.500 unidades UCI.
El pasado miércoles, el subsecretario de Redes Asistenciales, Alberto Dougnac, reunió a los jefes de división del área hospitalaria y de atención primaria, además de los equipos de gestión de camas y apoyos clínicos. ¿La razón? Reactivar el Comité Operativo Covid-19 y preparar la red sanitaria ante el rápido aumento de los contagios que vive el país, con epicentro en la Región Metropolitana.
En la instancia, que se repetirá todas las semanas -y que se había suspendido en agosto, tras la mejoría de los contagios-, se revisaron las cifras actuales de requerimiento asistencial y se analizaron los dos escenarios que maneja la cartera frente al aumento de los contagios.
Así, considerando que hasta ayer eran 437 los pacientes en el país ingresados a UCI por Covid-19, la proyección moderada a 15 días prevé que la demanda asistencial crezca menos de un 40%, por lo que se necesitaría disponibilizar un máximo de 600 camas críticas.
En cambio, el escenario más complejo estima que, si se acelera la velocidad de contagios, el requerimiento de cupos de máxima complejidad podría crecer exponencialmente, llegando incluso a cuadruplicarse, con lo que se haría necesario habilitar entre 600 y 1.500 unidades UCI en todo el país.
En relación a estas estimaciones, Dougnac pidió a los encargados de las divisiones un reporte -que debe estar listo la próxima semana- donde se definan los requerimientos y recursos disponibles de camas (críticas y no críticas), equipamiento, medicamentos y recursos humanos en los distintos niveles de atención, esto es, la red primaria, unidades de urgencia y salas hospitalarias.
“Nosotros llegamos a tener 4.544 camas UCI y el recurso humano se ha levantado; entonces, ahora tenemos que saber dónde están y qué están haciendo, en función de organizarnos ante una eventual reconversión mayor de camas. Asimismo, necesitamos tener muy claro el estatus actual del equipamiento, por ejemplo, cuántos respiradores o cánulas de alto flujo tenemos. Esos son elementos centrales en caso de que aumenten los requerimientos, por lo que son provisiones necesarias que debemos tomar”, detalla Dougnac.
Trabajando en base a la proyección menos radical, el plan de la subsecretaría implica ir abordando el aumento de la demanda en distintos niveles, con una optimización y redistribución de los recursos. Así, primero se optará por traslados preventivos dentro de una misma región y, de ser necesario, se trasladará a los pacientes a otros puntos del país. Asimismo, si una región registra un brote se hará una complejización local de camas y solo se optará por una conversión masiva de camas UCI en caso de una gran ola nacional.
“Estamos poniendo en marcha una política de traslados centralizados, tanto aéreos como terrestres, de modo tal que si en determinadas áreas vemos que están con un requerimiento muy aumentado de camas UCI o que tienen proyecciones de requerimientos de camas significativas para las siguientes semanas, podamos trasladar preventivamente a esos pacientes a otras unidades mientras aumentamos la complejización local”, explica Dougnac.
Eso sí, en caso de presentarse el segundo escenario, que demandaría habilitar rápidamente un total de 1.500 camas UCI para Covid-19, el Ministerio de Salud optará por un nuevo decreto que obligue a los servicios de salud a ampliar sus cupos, según las cuotas que se requieran.
“La activación de estas distintas estrategias van a ir en función del aumento del requerimiento de los pacientes Covid-19. Y dado que tenemos aún una capacidad de camas disponibles y podemos hacer una buena gestión de las que están ocupadas, podríamos tolerar a 600 pacientes hospitalizados sin hacer grandes cambios. Nuestras proyecciones es recibir, más o menos, a unos 70 pacientes adicionales por semana, es decir, tenemos margen para tolerar esa cantidad”, dice el subsecretario.
Distintos expertos plantean que la tercera ola ya está instalada, al menos en la Región Metropolitana. En el Minsal, eso sí, esperan que en base a la amplia vacunación -el 83% de la población total de Chile ya está inmunizada con dos dosis- el impacto de este aumento de casos sea principalmente de contagios y no alcance la envergadura de los rebrotes previos en las Unidades de Cuidados Intensivos.
Sin embargo, los repuntes de pacientes ya se han visto en la red asistencial. Si hace 15 días había casi 350 pacientes hospitalizados por coronavirus, actualmente son 437 y de ellos, 346 en ventilación mecánica.
Para Luis Castillo, el excoordinador de camas de la Red Integrada Covid-19, en los próximos días “se va a producir un incremento en los casos y vamos a bordear los 600 hospitalizados en UCI por Covid-19”. Sin embargo, el actual decano de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Autónoma plantea que lo que está en curso “es una tercera ola, pero esta vez de casos activos”, asociado a la inmunización con que ya cuenta el grueso de la población.
“Yo tengo confianza, más que en las olas previas, porque esto nos pilla con la población mayoritariamente vacunada. Entonces, los contagios, que van a seguir aumentando, van a producir muchos casos leves y moderados, pero no debiera impactar en demasía a la red UCI. Entonces tengo optimismo, no así por el casi 1,2 millón de personas que no está vacunada, porque ellos sí que se encuentran en un riesgo mayor”, agrega Castillo.
Fuente: La Tercera
Fotografía: La Tercera