El buen manejo de sus fondos les ha permitido tener centros hospitalarios, clínicas, servicio de ambulancias y, además, contar con las reservas económicas para el pago de las pensiones a quienes han sufrido un accidente laboral con un alto porcentaje de invalidez, entre otras prestaciones económicas.

Hoy la ciudadanía exige mayores niveles de probidad y transparencia con el uso de los recursos, ya sean administrados por instituciones del Estado o por entidades privadas, sobre todo de aquellas que participan del ecosistema de la Seguridad Social del país.

En ese contexto, las mutualidades (Achs, IST, Mutual de Seguridad), son entidades privadas sin fines de lucro que administran el seguro social de accidentes del trabajo y enfermedades profesionales (Ley 16.744 ), las cuales cuentan con altos Índices de pasivos, activos y que muy pocos saben cómo se generan y dónde se invierten.

¿Cómo se financian las mutualidades?

Emilio Torres Sanhueza, jefe del departamento de supervisión y control, dependiente de la Superintendencia de Seguridad Social (Suseso), señala que los beneficios o prestaciones de la Ley de Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales se financian mediante cuatro Ítems (todos con cargo al empleador):

1. – Con una cotización básica general del 0,90% de las remuneraciones imponibles.

2. – Con una cotización adicional diferenciada en función de la actividad económica y riesgo específico, la que no podrá exceder del 3,4% de las remuneraciones imponibles.

3. – Con el producto de las multas que cada organismo administrador aplique en conformidad a la ley.

4. – Con las utilidades o rentas que produzca la inversión de los fondos de reserva.

¿En qué invierten las mutualidades, si se considera que son empresas sin fines de lucro?

«Las mutualidades administran recursos financieros a efectos de garantizar y viabilizar el otorgamiento de prestaciones que están obligadas por ley otorgar (cuidar y proteger a los trabajadores y trabajadoras a través de programas de prevención de riesgos y capacitaciones, otorgarles cobertura de salud y compensaciones económicas asociadas a accidentes de trabajo, de trayecto y/o enfermedades profesionales).

También deben invertir los recursos en los fondos de reserva que están normados y que respaldan las Pensiones futuras de los trabajadores que ha sufrido un accidente laboral grave, el Fondo de Contingencia y Fondo de Eventualidades, a los cuales se suma el Fondo Operacional, para efectos de administrar internamente sus recursos financieros”.

Como las mutualidades son administradoras sin fines de lucro, sus fondos están regulados en el Compendio Normativo del Seguro Social de Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales, en el cual se establecen los instrumentos, mercados autorizados, límites de inversión, requerimiento de custodia, entre otros. Así -según explica Emilio Torres- los instrumentos definidos para la inversión de fondos son, entre otros, Títulos emitidos por la Tesorería General de la República o por el banco Central de Chile; bonos de empresas públicas o privadas o títulos garantizados por instituciones financieras.

En el caso de las empresas adherentes que tienen un mayor riesgo en su labor, Torres Sanhueza advierte que la cotización adicional, tratándose de empresas nuevas se asocia a un riesgo presunto, según la actividad económica que realiza. “Ahora, si la empresa ya tiene historia laboral, cada dos años, son objeto de un proceso de evaluación (establecido en el D. S N*67, del año 1999), a través del cual, según la ocurrencia o no de accidentes y enfermedades, la tasa adicional puede subir, mantenerse o bajar. En este caso la tasa adicional diferenciada va en un rango de 0% hasta un 6,8%. En definitiva, el sistema apunta a que las entidades más riesgosas paguen más cotizaciones para el seguro”, aclara Torres.

¿En qué gastan los recursos?

Además de asegurar los fondos para el pago de las futuras pensiones de trabajadores accidentados o fallecidos y los gastos de administración propios del funcionamiento, las mutualidades gastan sus recursos en:

  • Prevención: a través de campañas, asesorías y capacitaciones para los trabajadores y empresas adherentes.
  • Prestaciones médicas: las que incluyen los servicios de salud curativa, medicamentos, insumos ortopédicos y rehabilitación.
  • Prestaciones económicas: como el pago de licencias médicas, pensiones e indemnizaciones.

Fuente: Las Últimas Noticias