El aumento exponencial que ha tenido el uso de la bicicleta en los últimos años lo puede notar cualquiera (de acuerdo a Conaset y otras fuentes, solamente Santiago registra más de un millón de viajes diarios), pero cabe ahondar en cómo este fenómeno ha afectado a las zonas urbanas, sus habitantes y la convivencia con otros medios de transporte.