Un paradigma para la gestión de las empresas modernas, parece estar siendo compartido por empresarios que, además de ser exitosos en sus respectivos emprendimientos, también privilegian el desempeño interno y la necesidad de impactar favorablemente en la sociedad.

Así quedó de manifiesto durante el seminario «La Pyme Habla» en Puerto Varas, que organizó la Fundación Carlos Vial Espantoso, junto a la Asociación Chilena de Seguridad (AChS), oportunidad en la que intervinieron como charlistas destacados emprendedores, quien hablaron a cerca de 500 pequeños y medianos empresarios.

Gonzalo Muñoz, fundador de TriCiclos, dedicada a la recolección de material reciclable, con presencia en Brasil, postuló que esa tarea también es posible que la asuman las Pymes. Lo primero, planteó, es tener sensibilidad por un tema.

«A través de lo que hacen y cómo lo hacen, las empresas generan impacto. La primera gran invitación es a entenderlo y medirlo, saber lo que estás haciendo a la sociedad y reducirlo», expuso.

Aseguró que puede hacerlo cualquier empresa, independiente de su tamaño. «Habiendo hecho eso, comprométete con algo que te motive, que sea valioso no sólo para ti, sino que para la sociedad, y busca generar ese impacto positivo. Lo que estamos soñando es qué lindo sería un mundo en el que las empresas más lucrativas, sean las que han generado algo positivo para la sociedad y el medio ambiente, y además lo han hecho aplicando las mejores prácticas, sin dejar huellas negativas», dijo.

Exponer sus méritos

Mientras que Pedro Traverso, fundador y director de Aguas Late, que produce agua y leche envasada, destaca por distribuir todas sus utilidades entre fundaciones.

La idea es hacer buenos negocios y que deriven en un impacto social, en beneficio de la comunidad. «Buscando hacer esas cosas se pueden hacer buenos negocios. Es una buena oportunidad para las Pymes, porque a las empresas grandes les cuesta más meterse en esos temas», apuntó.

Dijo que las empresas de menor tamaño pueden llegar a esa práctica «buscando qué valor social real están aportando. Tienen que contar un cuento. Ya no basta con tener productos a un buen precio. Y las Pymes tienen muchas más posibilidades de hacer eso».

Planteó que quienes demuestran una falsa modestia, deben cambiar, ya que cada vez hay más presión de los propios consumidores para exigir de los empresarios que demuestren ese tipo de preocupaciones.

El valor en el empleado

Javier Figueroa, gerente general de Swisslog, empresa dedicada al transporte y logística, tiene una forma particular de valorar el impacto social, ya que su preocupación son sus trabajadores.

«Las empresas de servicio, como la nuestra, dependen de la gente que trabaja en ellas. Si un empleado atiende mal, porque no le pagan lo suficiente, trabaja demasiado o no está comprometido, eso se refleja. Los trabajadores no son importantes sólo por un tema ético, sino porque ayudan a la empresa. Ayuda a la empresa tener gente motivada», expuso.

Para Figueroa, los ingresos son importantes para toda empresa «porque deben tener un equilibrio, pero no pueden dejar de pensar en el mundo que le quieren dejar a sus hijos».

Y en ese aspecto el factor humano es una real inquietud. «Nos preocupamos de ellos, como en darles sueldos sobre el mercado, en beneficios que una empresa del tamaño de la nuestra no los da, como el seguro complementario de salud, bus de acercamiento, uniformes, alimentación. Una serie de incentivos, con los que le decimos esta es tu casa, yo me preocupo por ti», aseveró.

A través de este evento denominado «Coproductividad: Una ventaja a escala humana», las Pymes de la zona pudieron conocer nuevas herramientas, para potenciar el desarrollo y productividad de sus negocios junto a las personas.

 

Fuente: El Llanquihue