Hasta el Palacio de La Moneda llegó ayer la ministra de Salud, Carmen Castillo, para reunirse con el ministro del Interior subrogante, Mahmud Aleuy. La idea de la cita era analizar la emergencia provocada por el incendio del basural Santa Marta en Talagante y evaluar las gestiones realizadas hasta el momento.

Una vez concluida la cita, la titular del Minsal se refirió al incendio y, en particular, hizo una autocrítica sobre cómo el Gobierno había enfrentado la emergencia.

Aunque en un principio la ministra Castillo planteó que todos los protocolos de emergencia se habían cumplido a cabalidad, luego admitió errores.

“En lo comunicacional podríamos haber sido más enfáticos para dar la información más clara”, dijo la ministra.

Las palabras de Castillo apuntan a que el día en que comenzó el incendio y Santiago amaneció cubierto de humo, ninguna autoridad de Gobierno pudo decir con certeza si la nube era tóxica o no.

Esa mañana ni el vocero de Gobierno, Marcelo Díaz, ni el ministro de Medio Ambiente, Pablo Badenier, pudieron responder a dicha interrogante de manera tajante.

Ese día quien sí dio una versión oficial al respecto fue el intendente metropolitano, Claudio Orrego, quien dijo que el humo “no reviste peligrosidad”.

Sin embargo, la ministra respaldó al intendente Orrego, quien ha sido foco de reiteradas críticas, principalmente por agrupaciones mécias, quienes plantearon que era irresponsable sostener que inhalar humo no tenía efectos peligrosos.

Sin embargo, el intendente metropolitano ayer también cambió el tenor de sus dichos y sostuvo que “pude no haber sido técnicamente adecuado. Todo humo genera problemas a la salud, y nadie puede vivir rodeado de humo sin problemas a la salud”.

Sobre posibles sanciones a la empresa, la ministra Castillo dijo que “el primer objetivo es solucionar el problema al día de hoy, después veremos lo de las sanciones. En este momento lo que estamos haciendo es tranquilizar a la población y buscar las soluciones que requieren, después veremos el resto de las sanciones”.

 

Fuente: Pulso