Sin acuerdo finalizó el proceso de negociación colectiva del Sindicato Nacional de Colmena Golden Cross, razón por la cual, los trabajadores comenzaron este lunes un paro nacional de carácter indefinido.

El gremio también denunció maltrato por parte de las jefaturas e incluso malas prácticas que están vulnerando la normativa respecto de las reglas de afiliación con las que se rige el Sistema de Isapres.

Así lo señaló la presidenta del gremio (que agrupa a personal administrativo y vendedores), Verónica Navarrete. El petitorio de los trabajadores, contempla 33 demandas pero ante ninguna ha cedido la compañía.

“No nos dieron nada, solo lo que ya teníamos”, dijo la dirigenta. Entre sus reivindicaciones, están contempladas, “aumento monto de cheque restaurante, bono de vacaciones, bono de escolaridad, por matrimonio, fallecimiento, nacimiento, seguros de salud, un bono de término de conflicto”. Además, piden cambios en la estructura de comisiones: “hay siete tipos de contrato diferentes en la misma empresa, vendiendo el mismo producto. Hay algunos que ganan muy bien, otros que muy mal. Los administrativos son los que están peor pagados. No tienen donde calentar su comida, se la comen fría, no hay un lugar donde puedan comer su almuerzo caliente porque a los jefes les molesta el olor”.

Sobre el maltrato a los funcionarios, denunció que éste “es terrible, es como un patrón de fundo. Nos tratan mal. Hay jefes que tratan a garabatos a la gente, por eso se formó este sindicato por una jefa que los trataba a garabatos”.

También, explicó que hace un mes interpusieron una denuncia ante la Superintendencia de Isapres porque “aquí hay mucha vulneración en las prácticas para ingresar clientes”.

La isapre, previendo una eventual paralización, hace un mes que comenzó a contratar gente: “lo peor es que hace un mes, empezaron a contratar gente. Había una cola enorme. Los socios estaban trabajando y el reemplazante estaba atrás. Empezaron a reemplazar de antes, ellos ya tienen a la gente, reclutaron gente antes para reemplazarnos. En el fondo ellos querían que nos fuéramos a huelga. Los jefes decían que vamos a gritar y a gritar y no nos van a dar nada. Esa es la orden. Dicen que después que termine la paralización, van a despedir a todos los sindicalizados. Han amenazado con despidos pero
la gente a pesar de que está atemorizada, se incorporó igual al sindicato con la esperanza de que el sindicato pudiera cambiar algo. Nos quieren debilitar”.