Tanto el Fondo Monetario Internacional como el Banco Mundial coinciden en los malos pronósticos para la región en materia laboral, de los que solamente escapan Perú y México.

Por Francisca Guerrero.

Las proyecciones de una recesión de 0,3% en 2015 para América Latina y su estancamiento en 2016 tienen impacto en las estimaciones sobre el desempeño del mercado laboral, y Chile no está ajeno al fenómeno. Nuestros índices de desempleo subirían al 7% o más hasta 2018, muy por debajo del 5,9% y 6,4% del 2013 y 2014, respectivamente, de acuerdo a las perspectivas del Fondo Monetario Internacional.

Las preocupaciones del organismo coinciden con las expresadas por el Banco Mundial en su informe “Empleos, salarios y la desaceleración latinoamericana”, presentado la semana pasada. Su economista jefe para la región, Augusto de la Torre, señaló en Lima que “estamos viendo que la calidad del empleo se está deteriorando a medida que los asalariados se vuelven trabajadores independientes o pasan de empresas grandes a otras más pequeñas. Los más notable, sin embargo, es el hecho que los trabajadores estén abandonando el mercado laboral por completo, una tendencia particularmente marcada entre los hombres jóvenes y menos educados”.

Así, de acuerdo al Fondo, el 2017 parece ser un año de máximos: Chile alcanzaría su tasa de desempleo más alta en 7 años, Argentina tendrá el mayor desempleo desde 2006 y Brasil, desde 2007. Las presiones vendrían de diferentes fuentes: las reformas de cada país y los factores externos que afectan a la región en su conjunto.

Mirada de los analistas

Ernesto Talvi, director de la Iniciativa Brookings-Ceres para América Latina, aseguró que “lo más determinante en el aumento del desempleo en la región es que China, nuestro principal cliente, está en crisis; Brasil, otro cliente importante, está contra las cuerdas; los precios de los commodities se nos cayeron al suelo; y las condiciones de acceso al financiamiento internacional se nos endurecieron enormemente”.

Por su parte, José Alfredo Coutiño, economista jefe de Moody’s para América Latina, indicó que “el cambio estructural que se está dando en las economías de América Latina, que es bueno en términos de reforzar la capacidad productiva de las economías en el mediano y largo plazo, no es tan favorable en materia de empleo”.

En el caso de Chile, Talvi reconoce que “las políticas domésticas en materia laboral pueden contribuir o ayudar en esta situación”, aunque insiste en que “los impactos globales y regionales sobre Chile son hoy el factor predominante, tanto en su desaceleración como en el aumento del desempleo”.

Difiere al respecto Alberto Bernal, jefe de investigación y socio de Bulltick Capital, quien asegura que “la decisión de la administración de Michelle Bachelet de tener un giro redistributivo dentro de la política económica, ha vuelto a Chile menos atractivo para la inversión internacional, disminuyendo su crecimiento potencial e impactando las perspectivas de empleo”. Pese a todo, coincide con la estimación de una disminución de la tasa acercándonos al 2020, proyectada en 6,3% por el FMI, lo cual obedecería a que “la economía tomará mayor velocidad, asumiendo los cambios de las reformas”.

Contrastes en la región

En tanto, los pronósticos de un descenso a 6,8% en el desempleo para 2020 en Brasil son percibidos como optimistas tanto por Coutiño, quien si bien afirma que se verá “una lenta recuperación en la economía, no estaremos ante un repunte espectacular en línea con esas estimaciones”.

El pesimismo es compartido por Talvi. “El desempleo ha crecido de manera significativa y las expectativas indican que seguirá en la misma dirección. Su situación es muy compleja, porque el gobierno de Dilma Rousseff está imposibilitado cuando se requieren medidas importantes”, sostuvo.

En Venezuela el choque es aún mayor. La profunda crisis se traducirá en cifras de desempleo crecientes, que van desde 14% en el presente ejercicio hasta 28,3% al principio de la próxima década.

Al otro extremo están Perú y México. Mientras nuestros vecinos presentan una tasa estable en 6%, en la segunda economía de la región los números giran en torno a 4,3% y 3,8% en el actual quinquenio.

“La política económica de Perú es bastante impresionante, lo más cercano en Latinoamérica a lo que fue Chile hace 20 años y eso se refleja en el mercado laboral”, postula Bernal. En tanto, Talvi señala que los mexicanos estarían logrando compensar la caída en el precio del petróleo con el “vigor de Estados Unidos, fundamental para su economía y empleo”.

En tanto, aunque para Argentina los pronósticos no son especialmente favorables, con una tasa que crecería desde el 6,9% este año a 8,9% en cinco, se espera que las proyecciones vayan mejoren con el cambio de administración, tanto con el oficialista Daniel Scioli o el opositor Mauricio Macri a la cabeza.