Por Alejandro Alarcón, Economista.

En diciembre de 1976, Milton Friedman recibió el Nobel de la especialidad por su contribución a la teoría económica. En esa ocasión dirigió un discurso, donde destacó que las economías no podrían mejorar los niveles de actividad y empleo, sobre la base de impulsos de demanda monetarios y/o fiscales, que sus efectos se reducían al corto plazo y que en el mediano plazo, la economía se estacionaba en la tasa natural de desempleo, correspondiendo aquella combinación al resultado de los fundamentos reales de la economía.

La clave de aquella dinámica hizo comprender que no solo la tasa de desempleo no podía mejorar, más que en el corto plazo, sobre la base de impulsos monetarios y fiscales sino que también había un componente decisivo en el comportamiento del mercado laboral, para mejorar, o empeorar, la tasa natural de desempleo.