Alza en segmento de viviendas no compensa merma en infraestructura privada por baja de la inversión:

En 2015, el rubro retrocedería entre 0,5% y 1%, situación que se repetiría en 2016. Gremio plantea aplicación paulatina de IVA a la venta de casas y departamentos.

Por Marco Gutiérrez V.

Los récords que están registrando las ventas de viviendas nuevas -por anticipación de compras ante la aplicación de IVA en 2016- no son suficientes para empujar el carro del sector de la construcción, cuyo movimiento en inversiones depende en 70% del rubro de infraestructura pública o privada, especialmente ligado al ámbito minero, cuyo dinamismo se ha desacelerado fuertemente. Solo el 30% restante está vinculado al mercado habitacional.

En este escenario, la construcción terminaría este ejercicio con una caída en su actividad y «vemos que 2016 tendría unas características similares a las de este año, desafortunadamente», sostuvo el presidente de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), Jorge Mas, quien hoy se espera sea reelecto en el cargo por un segundo año durante el 169° Consejo Nacional del gremio. Para evitar una merma más fuerte en la industria, una de las soluciones que plantea sería aplicar gradualmente los impuestos sectoriales de la reforma tributaria.

-Cuando usted asumió en agosto de 2014, proyectó un nulo crecimiento para el sector para ese año y anduvo cerca. ¿Cómo ve 2015 y 2016?

«El año pasado, el sector construcción creció 0,9%, lo que fue influido positivamente por el aumento de los permisos de edificación, porque se empezaron a anticipar los proyectos. Para este año, la Cámara estimó inicialmente que íbamos a expandirnos cerca de 1%. Pero los últimos indicadores económicos nos señalan que eso se ve difícil de alcanzar, por lo que ahora tenemos una proyección de entre -1% y -0,5% para 2015, más negativa que lo estimado inicialmente».

-¿Qué está afectando más negativamente al rubro?

«Lo que está tirando positivamente el carro es la vivienda pública y privada, y la inversión fiscal en infraestructura. Lo que está afectando negativamente es el gasto en infraestructura privada, por la baja del boom de la minería. Se han terminado los proyectos y no hay reposición. Las inversiones de las mineras se han reducido, buscan los mejores mercados y nosotros (el país) no estamos con las condiciones adecuadas para que lleguen».

«En Chile, los proyectos mineros tienen una relevancia importante, y asociados a ellos hay una cadena importante. Pero también hay inversiones industriales postergadas. Desgraciadamente, por los datos que tenemos, con una restricción en inversión pública y un ambiente internacional que se ha complicado más, vemos que 2016 tendría características similares a las de 2015. Sería el tercer año consecutivo en torno al 0% versus el promedio histórico (5,1%)».

-¿Cómo enfrentarán esto?

«Nuestros esfuerzos han estado en tratar de poner esta situación en conocimiento de las autoridades y proponer alternativas para que esto se reactive, o no disminuya más. Ahí entramos al tema de la reforma tributaria, donde, por el aumento de impuestos, los proyectos de inversión son menos rentables que antes. También hemos puesto esfuerzos en la reforma laboral, que perjudica enormemente a la construcción por la titularidad, el no reemplazo en huelga y la eventual negociación de contratos por obras dentro de una faena. También estamos preocupados por el curso de la reforma constitucional».

-Por la anticipación de compras de viviendas este año, inmobiliarias prevén una merma en la venta en alguna fecha de 2016 y 2017. ¿Coincide?

«En vivienda pública se desarrolló el DS 116, que es un buen mecanismo para los subsidios. Eso va a seguir porque los recursos están comprometidos y las 52 mil viviendas están en ejecución en diversos grados. En vivienda privada existe un anticipo de compras y la actividad (de construcción) inmobiliaria se mantendrá hasta fines de 2016, luego caerá, en 2017».

-¿Son partidarios de que el IVA a la venta se aplique de forma paulatina para evitar una baja inmobiliaria mayor?

«Normalmente, cualquier gobierno que está en una situación de contracción económica, una de las medidas que toma para poder reactivarla, es la baja de los impuestos. En este caso, uno podría pensar en revisar ese tema, o en demorar su implementación. De acuerdo a lo que estamos viviendo, para el sector sería una condición muy favorable, como reactivación, que la implementación de la reforma sea paulatina».

-¿Qué impuestos se podrían revisar en ese sentido?

«Se podría extender en uno o dos años la aplicación del IVA a la venta de viviendas. Un mecanismo que ocupan los gobiernos es justamente producir incentivos por la parte tributaria».

«Los ajustes que se hicieron a la reforma tributaria eran necesarios. Pero el ministro de Hacienda ha puesto en la agenda cómo desarrollamos el país».

-¿Entonces no pretenden que no se cobren los impuestos, sino que rijan totalmente en un mejor escenario económico?

«Exactamente. Es gradualidad, que es alargar en el tiempo».

«Todo lo que apunte a no cargar a la industria con impuestos es bueno, porque, además, se pretende solucionar temas urbanos con tributos, y no es adecuado. Por ejemplo, también está la ley de aportes al espacio público, las nuevas normas térmicas o técnicas y de provisiones de la banca, que es un desincentivo para los compradores».

»Una de las medidas que toman los gobiernos para reactivar es la baja de los impuestos. En este caso, uno podría pensar en revisar ese tema o en demorar su implementación».

»En general, al empresario chileno le interesa invertir en su país. Pero hay muchas empresas que funcionan en América, ven oportunidades y las toman donde están».

»Si se quiere reducir el déficit (de infraestructura) y volver a los niveles de competitividad de hace ocho años o más, la única manera es hacerlo vía concesiones».

US$ 731 millones sumaría este año el flujo de inversión real asociada a concesiones, casi la mitad de lo observado en 2005, aunque es un 16% mayor que la registrada en 2014.

US$ 37 mil millones podría tener como patrimonio el fondo de infraestructura.

«No» a viviendas estatales y «sí» a concesiones
Crítica fue la visión del presidente de la Cámara Chilena de la Construcción respecto del estudio que realiza el Gobierno para construir conjuntos de viviendas estatales para luego arrendarlos. Este sistema sería similar al de Suecia y también busca fomentar que constructoras levanten proyectos y después los alquilen, recibiendo subsidios, según publicó «El Mercurio» el pasado lunes.

«No nos consta que sea una iniciativa que realmente esté estudiando el Ministerio de Vivienda y, además, nos parece una mala idea, ya que en Chile existen experiencias previas en que el Estado ha desempeñado un rol similar y no lo ha hecho bien. Gastar recursos con este propósito nos parece inconveniente», dijo Jorge Mas.

Donde sí el dirigente empresarial tiene buenas perspectivas es en la reactivación de la asociación público-privada en el ámbito de las concesiones de obras públicas. Respecto de este tema, comentó que «en los últimos tiempos se ha invertido del rango de 2,5% del PIB en infraestructura y para evitar que aumente el déficit en este ámbito se debe avanzar al 3,5% del PIB. Es decir, un punto porcentual más, que equivale a unos US$ 2.500 millones que habría que sumar».

El titular del gremio de la construcción añadió que «si se quiere reducir el déficit y volver a los niveles de competitividad de hace ocho años o más, la única manera es hacerlo vía concesiones». Más valoró en ese sentido la creación de la Dirección de Concesiones y el Fondo de Infraestructura, aunque subrayó que «eso pasa por el Parlamento y tiene un timing al que habría que darle la urgencia necesaria».