Ante el complejo escenario político, la multisindical abogará por perfeccionar servicios mínimos y adaptabilidad, y buscará en un próximo gobierno un cambio más profundo a la institucionalidad.

Por Juan Pablo Palacios.

El llamado del Gobierno al sistema político ha sido claro: la desaceleración de la economía y la crisis de confianza no da para llevar adelante el programa en los tiempos esperados, por tanto se encargó de instalar el concepto de “priorización” de las reformas o aspectos de ellas.

La Central Unitaria de Trabajadores (CUT) -que ha sido uno de los actores preferentes en el diseño de la Reforma Laboral del Ejecutivo- también se hizo eco en parte de ese debate.

En el consejo nacional ampliado de la semana pasada y en el comité ejecutivo del miércoles, la directiva de la multisindical abordó el complejo escenario político y económico actual, y su repercusión en la discusión del proyecto que fortalece la sindicalización y la negociación colectiva que hoy se ve en el Senado en segundo trámite. También han visto con preocupación el diálogo que abrió el Ejecutivo con todos los actores, incluidos los empresarios, quienes han sido bien críticos frente a la reforma.

La conclusión de esa reflexión que adoptó el gremio fue que hay que priorizar demandas históricas para evitar que el debate laboral se enrede y se atrase su despacho. “Creemos que esta reforma debería salir en agosto desde el Senado y ser publicada en septiembre como Ley de la República. Este debate no da para mucho tiempo más, porque esta reforma ha sido utilizada junto con otras para hacer creer de que son las causantes del bajo nivel de crecimiento y de todos los problemas económicos que hay en el país; pero la Reforma Laboral no tiene nada que ver con eso, ni siquiera se ha aprobado y ya le están echando la culpa de los problemas. Para nosotros el Gobierno debería hacer el esfuerzo para sacarla lo más pronto posible del Parlamento”, dijo el secretario general y ex presidente de la CUT, Arturo Martínez.

El dirigente precisó que hoy “hay que estar disponibles para mejorar la redacción en algunos aspectos que pueden llamar a confusión a las partes”. En ese sentido, a juicio de Martínez, se debe incorporar en el proyecto que salga del Senado el piso mínimo con reajustabilidad por IPC y “mejorar la redacción de los servicios mínimos en términos de clarificar el resguardo de la empresa con respecto de los turnos de emergencia para la salud y el medio ambiente Esas son dos cosas distintas que quedaron enredadas en la redacción”.

Asimismo, indicó, “hay que ver los pactos de adaptabilidad. Creemos que esos pactos en la negociación colectiva no deben estar, deben ser parte de otro momento de la negociación entre la empresa y trabajadores, porque van a distorsionar la negociación y el empleador va a utilizar el bono de término de conflicto para imponer los pactos. Por lo tanto, deben salir del proceso colectivo”.

Una vez logrado el avance de esos temas en el Congreso, Martínez señaló que hay que “seguir empujando la negociación ramal o sectorial y hay que derogar el artículo 384 del Código del Trabajo, que impide el derecho a huelga en las empresas estratégicas”.

De todos modos, en la multisindical ven que la viabilidad de estos dos últimos asuntos es compleja, debido a que la autoridad en todo momento del debate se ha cerrado a incluirlos por razones macroeconómicas.

Cambios pendientes

Según Martínez, “hay que entender que esta reforma es un paso, pero no es la reforma que la CUT necesita, después de esta reforma vienen otros temas en la búsqueda de crear una nueva institucionalidad laboral, cambiando las leyes de despidos, dándole más negociación colectiva al sindicato interempresa, sancionando las prácticas antisindicales de una manera distinta. Es decir, hay un paquete de reformas que van a quedar pendientes para una nueva etapa, que no estuvieron ni van a estar en el debate actual en el Parlamento”.

Enfatizó que “si el sindicalismo aprovecha esta reforma para fortalecerse va a tener posibilidades en el próximo Gobierno de instalar ese paquete de reformas como parte de un programa o como demanda. Para eso necesitamos un cuadro distinto, de más unidad”.