Adolescentes chilenos son los mayores consumidores del continente:

Los escolares que la usan tienen problemas de memoria, les cuesta poner atención y concentrarse, por lo que se afecta su rendimiento académico, alertan médicos ante la posible modificación de la Ley de Drogas.

Por Sebastián Urbina.

Existe una amplia evidencia científica que demuestra que la marihuana produce alteraciones a nivel cerebral que son irreversibles. Se trata de un peligro que cobra más fuerza entre los jóvenes, porque su sistema nervioso no termina de madurar hasta los 25 o más años.

En los escolares se ha visto que quienes consumen tienen problemas con su memoria, atención, concentración, planificación y ejecución de tareas, entre otras habilidades necesarias para el aprendizaje.

Algo preocupante si se tiene en cuenta que en el último estudio publicado este año por la Organización de Estados Americanos (OEA), Chile aparece como el mayor consumidor del continente en el rango de 13 a 17 años, con un 28% que declaró haber fumado al menos una vez el año anterior al sondeo. La cifra supera incluso a los tradicionales grandes consumidores, como son EE.UU. y Canadá.

En este contexto, los especialistas temen que la situación se agrave con la modificación de la Ley de Drogas, que permite el autocultivo para el consumo personal y la despenalización de su venta y cultivo con fines medicinales. La idea de legislar esta iniciativa fue aprobada ayer en la Cámara de Diputados por 68 votos a favor, 39 en contra y 5 abstenciones.

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«Es importante saber que el daño que produce la marihuana es para todos quienes la fuman, mientras que los beneficios médicos son para casos puntuales, como los pacientes con esclerosis múltiple», dice la doctora en psicología Anneliese Dörr, del Departamento de Psiquiatría Oriente de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile. Ella es autora de un estudio, único en el mundo, en que se vio con imágenes cerebrales con medio de contraste el daño que produce esta droga en escolares.

«Buscamos escolares consumidores de todos los estratos socioeconómicos que fumaban al menos un pito a la semana por los últimos 18 meses», explica la profesional.

Los resultados los califica de «impactantes», ya que confirman todo lo que se observa en la clínica. «En azul se ven las zonas del cerebro donde llega poca sangre, como el hipotálamo, que explica los problemas de memoria, y otras áreas que tienen que ver con la falta de motivación del fumador», afirma.

Pero los estudios también demuestran que los efectos de esta droga pueden reducir el coeficiente intelectual de quien la consume hasta en 10 puntos.

«La aprobación de la iniciativa parlamentaria va en contra de la evidencia científica», dice el doctor Ramón Florenzano, psiquiatra e investigador de la Facultad de Psicología de la Universidad del Desarrollo. «Se trata de una medida temeraria», añade.

Según advierte, los gobiernos europeos han decidido restringir con fuerza el consumo adolescente de marihuana debido a las investigaciones que se han realizado. «Los chilenos tenemos más prevalencia de enfermedades mentales, y la marihuana gatilla trastornos de la personalidad y episodios sicóticos en quienes tienen esta predisposición», advierte este investigador.

«Sabemos que hay un aumento en el consumo porque hay una percepción de bajo riesgo y la disponibilidad de esta droga es mayor», dice la psicóloga Natalia Belmar, experta en psicopatología de la Universidad Mayor.

La profesional destaca que también hay trastornos motores que produce esta sustancia, como entorpecer el equilibrio, aumentar el tiempo de reacción de la persona ante un imprevisto y alterar la coordinación, todo lo cual produce riesgos en la conducción vehicular y dificulta la participación en deportes.

Aprobación de la ideade legislar C 5 Las personas no perciben sus peligros
Uno de los problemas que ha tenido el combate a esta sustancia es su baja percepción de riesgo. En Chile, las personas que están de acuerdo con su legalización aumentó desde un 44% en 2013 a un 54% en 2015, según un sondeo dado a conocer ayer por GfK-Adimark.

La doctora en Psicología Anneliese Dörr considera la aprobación de los diputados como una «mala señal». El joven, dice, verá que se puede tener una planta en la casa y su lectura va a ser: «No es peligrosa». Pero cuando se les pregunta a los jóvenes a qué avión se subirían, a uno en que el piloto fumó un pito o a uno en que fumó un cigarrillo, todos eligen este último, porque intuyen los riesgos que conlleva esta droga.

«Si estamos tratando de mejorar la educación esto no ayuda», dice el doctor Ramón Florenzano. «No solo hay que tener mejores profesores, si no también mejores alumnos y no con una mano amarrada, como sucede con las drogas y el alcohol», concluye este académico.