En 2014, el Ejecutivo traspasó $133 millones a la multisindical
El presidente de la Cámara Nacional de Comercio, Ricardo Mewes, y de la Asociación de Emprendedores de Chile, Juan Pablo Swett, coinciden en que, a causa de esta estrecha relación, surgió una reforma que solo beneficiará a las cúpulas sindicales.
Por Antonio Collados y Pablo Obregón.
Ricardo Mewes: «Una persona que ha estado en alguna actividad sindical debe tener ciertas inhabilidades»
-Esta semana se conoció, a través de un reportaje de «El Mercurio», que un dirigente histórico de la CUT, Víctor Ulloa, es el encargado de la Unidad de Diálogo Social de la Subsecretaría del Trabajo. ¿Qué se puede concluir de esa situación?
«Que tiene que haber ciertas inhabilidades así como existen en otros ámbitos. Una persona que ha estado en alguna actividad gremial o en una actividad sindical, debe tener ciertas inhabilidades para después ir a trabajar a la administración pública. La necesidad de transparentar es para todos y también para quienes están en la administración pública.
-El subdirector del Trabajo, Rafael Pereira, fue socio de la empresa de asesorías sindicales Desarrollo y Trabajo y, al momento de asumir el cargo, tampoco había formalizado su renuncia a la empresa, pese a que en su declaración de intereses había dicho que esa renuncia estaba formalizada. ¿A qué atribuye que el Gobierno lo haya mantenido en el cargo y que situaciones de ese tipo se repitan ahora con el caso de Ulloa?
«Para calificar estos hechos existen los organismos. La Contraloría debe decir algo. Yo quiero centrarme en el tema de la transparencia que la ciudadanía nos está pidiendo a todos, desde la más alta autoridad de Gobierno hasta el empresario más pequeño».
-El redactor de la reforma laboral, Roberto Godoy; el subsecretario del Trabajo, Francisco Díaz; el asesor Christian Luco; el director del Trabajo, Christian Melis y el subdirector, Rafael Pereira, comparten una característica: todos son antiguos colaboradores del ex ministro del Trabajo, Osvaldo Andrade. ¿Qué lectura hace de esa composición de la primera línea del ministerio?
«Indudablemente que esto refleja un nivel de ideologismo importante. En esta reforma no se avanza, sino que se retrocede varios años. A la Presidenta la escuchamos ayer (el martes) proponiéndole al país una serie de propuestas que provienen de la comisión Engel. Bueno, aquí hay un tema que no es menor, que tiene que ver con cómo separamos a quienes han sido asesores o colaboradores de políticos. Y si no los separamos, al menos transparentémoslo de la forma más adecuada, porque al final es necesario que la gente sepa de dónde emana este tipo de iniciativas».
-¿Qué sentido tiene seguir dialogando con la Subsecretaría del Trabajo si, de alguna forma, esta entidad se inclinó por prácticamente todas las propuestas diseñadas desde el corazón del sindicalismo?
«Yo creo que hay algún nivel de disposición en el Senado. También es importante la participación del Ministerio de Economía y del Ministerio de Hacienda, porque los ministerios del área económica deben entender cómo este proyecto les va a afectar a las empresas. Yo pido una mayor participación del Ministerio de Hacienda en esto, creo que es importante para atenuar los efectos que el proyecto así como está va a tener en el futuro».
Juan Pablo Swett: «Los organismos sindicales no pueden estar cooptados políticamente»
-¿Cómo evalúa el estrecho vínculo que existe entre la Subsecretaría del Trabajo y la CUT?
«Claramente, es poco transparente y afecta cualquier posibilidad de diálogo cuando funcionarios de la CUT desfilan por la Subsecretaría del Trabajo. Esto viene a confirmar que aquí solamente se ha considerado la visión de la CUT, siendo que no es la única visión sindical que hay en Chile».
-¿Qué le parece que la mayoría de los principales gestores de la reforma hayan sido, en algún momento, asesores o subordinados del ex ministro Osvaldo Andrade?
«Esto viene a confirmar lo que el propio Osvaldo Andrade ha reconocido públicamente: que esta es una reforma que él viene trabajando hace más de 40 años, que está ad portas de poder aprobar y que, por lo tanto, no va a perder esa oportunidad. Es lo que muchos de nosotros ya veíamos, a Osvaldo Andrade con su grupo de gente de confianza, instalados en el Ministerio del Trabajo impulsando la reforma».
-Esta semana se conoció, a través de un reportaje de «El Mercurio», que el dirigente de la CUT Víctor Ulloa es el encargado de la Unidad de Diálogo Social de la Subsecretría del Trabajo. ¿Qué se puede concluir a partir de esa situación?
«Es una falta de prolijidad absoluta de parte de funcionarios de gobierno y que viene a cuestionar algo que la propia OIT promueve, y es que los organismos sindicales no pueden estar cooptados ni influenciados políticamente».
-¿Todo esto contribuye al clima de confianza que quiere construir el Ministerio de Hacienda con un sector del empresariado?
«Absolutamente, no. De hecho, creo que es un retroceso bastante grave. Estas señales que manda el Gobierno van en la dirección absolutamente contraria a esta alianza público-privada. Cuando los gremios anunciamos que queríamos hacer una jornada de reflexión el 15 abril pasado, el Gobierno va al día siguiente y le pone urgencia al proyecto en la Cámara de Diputados. Y cuando se anuncia que esa jornada de reflexión para analizar la reforma es el 15 de abril, el Gobierno propone como fecha limite para presentar las indicaciones el 13».
-¿Tiene algún sentido seguir discutiendo con la Subsecretaría del Trabajo?
«Ninguno. Nosotros lo dijmos en el video: solamente se nos citó al ministerio para ser informados de lo que se iba a hacer, pero no hubo una mesa de trabajo».
-¿En qué posición quedan los técnicos del Gobierno?
«Ellos cumplieron su trabajo, ellos tenían la misión de impulsar una reforma laboral basada en los cuarenta años de reflexión de Osvaldo Andrade y, claramente, considerando los puntos de la CUT, organismo que sabemos que recibe platas del Gobierno. La esperanza que tenemos es que los senadores pongan una cuota de análisis».