Crítico de la reforma laboral, Salas quiere imprimir «su sello dialogante» al debate donde espera poder conversar con el Gobierno e incluso no descarta buscar acuerdos con la CUT. «Claramente esta reforma no resuelve los temas… se centra en la negociación colectiva y deja fuera materias necesarias para una mejora en la productividad».

Por J. T. Santa María y P. Toro.

Asumió como presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC) el jueves 26 de marzo. Al día siguiente partió a Copiapó para conocer in situ los efectos de los múltiples aluviones que afectaron al norte. Volvió el domingo tarde y el lunes se reunió con el ministro de Hacienda, Alberto Arenas; el martes con el titular de Energía, Máximo Pacheco; el miércoles con el representante de Interior, Rodrigo Peñailillo; el jueves a las 9 de la mañana con la Presidenta Bachelet y al mediodía con la ministra del Trabajo, Javiera Blanco.

“No he parado”, dice entre risas el nuevo mandamás del empresariado y también presidente de la Sonami, Alberto Salas. Y continúa: hoy se reúne con el ministro de Economía, Luis Felipe Céspedes, mañana encabeza su primer comité ejecutivo de la CPC y este viernes presenta la visión del empresariado respecto de la relación dinero y política, ante la comisión asesora presidencial que preside Eduardo Engel.

Y lo intenso que han sido sus primeras dos semanas a cargo de la casona de Monseñor Sótero Sanz, parecen ser una profecía de lo que viene durante los próximos dos años, período que promete ser noticioso para el empresariado, ya sea por los escándalos que golpean al sector, como por las reformas que impulsa el Gobierno.

A todo, dice, buscará imprimirle su sello: “ser dialogante, no confrontacional, muy concreto y muy seguro en mis ideas. Me gusta convencer con ideas y en armonía”.

La semana pasada la popularidad de la Presidenta cayó a niveles históricamente bajos, ¿le preocupa la inestabilidad que pueda generar esta situación?

No me muevo mucho en el mundo de la política, pero hay cosas que me preocupan más: cómo somos capaces de recuperar la confianza de la ciudadanía en las instituciones y el empresariado, y cómo somos capaces de realizar un esfuerzo serio todos los actores, empresarios, Gobierno y trabajadores, por mejorar la productividad. No hay ningún país que haya llegado al desarrollo sin mejorar la productividad. No saco nada, como sector privado, teniendo una empresa muy eficiente, si cuando tiene que enfrentar el marco regulatorio se le dilatan los permisos, no funciona y se tienen proyectos parados por miles de millones. Para satisfacer demandas sociales necesitamos un país creciendo a tasas más altas que el año pasado, y para eso se requiere la voluntad de todos. Los empresarios estamos disponibles para mejorar el clima de inversión y ayudar a recuperar un crecimiento más alto.

Y en la práctica, con las reformas anunciadas, ¿ve al gobierno en la misma parada?

Esta cantidad de reformas trae como consecuencia un mayor grado de incertidumbre. Y dado esta variable, el clima de inversión empeora. En este momento, debido la situación que tenemos, y considerando el crecimiento como el del año pasado, necesitamos un esfuerzo especial para crear un mejor clima de inversiones.

¿Es hoy entonces un peor país para invertir que hace un año?

Chile dentro de Latinoamérica es una plaza considerada buena para invertir, y creo que estas variables de incertidumbre, las reformas, han hecho que perdamos competitividad como destino de inversión. Hoy debemos enfocarnos en mejorar la productividad del país, y para eso debemos terminar con el tema de las reformas y ponernos a trabajar para avanzar.

Cuando yo hablo con inversionistas extranjeros, la gran pregunta que hacen es: qué significa la reforma a la Constitución. Esa es una interrogante que abre un espacio que nadie conoce.

¿Para usted eso es lo más peligroso?

Es un importante espacio de dudas. Y no es el único. La reforma al código de aguas también. Los temas que quitan seguridad jurídica a la inversión son muy sensibles en el mundo de los negocios y, por lo tanto, una reforma constitucional me parece que no tiene ninguna urgencia. Si queremos recuperar la confianza y avanzar en crecimiento no veo espacio para una reforma constitucional. Si yo dejo la duda sobre la reforma a la Constitución, cambio el royalty; eso genera incertidumbre.

Pero ustedes sabían que venían estos cambios, estaban todos en el programa elegido por la mayoría de los chilenos.

Los caminos y las formas pueden tener resultados distintos para un mismo fin. Yo puedo hacer mejor o peor una reforma con el mismo fin.

Usted dice que para alcanzar el desarrollo hay que aumentar la productividad, pero para ello el Gobierno también dice que es necesario mayor equidad, y a esto han asociado la reforma laboral. ¿Por qué hay tanta preocupación en torno a la materia?

Porque claramente esta reforma no resuelve los temas que plantea. Esta reforma se centra en la negociación colectiva y deja otras materias fuera que son necesarios para una mejor productividad. Todo lo relativo a los jóvenes, las mujeres, adaptabilidad, flexibilidad, no están presentes. Más aún, los temas de conflictividad laboral normalmente no se dan en la negociación colectiva, se da en las huelgas ilegales, que no tiene nada que ver con la legislación laboral. La reforma laboral afecta de manera distinta a cada sector, y por eso veo positiva esta reflexión (del 15 de abril) que están haciendo los gremios. Si hay tanta inquietud es porque desde el punto de vista de cada sector, afecta su manera de tener una buena relación laboral con su gente.

¿Pero cómo ve la actitud del Gobierno, porque hasta el momento no se ha cambiado ni una letra del proyecto, e incluso se le colocó urgencia simple?

Ha dicho que va a escuchar, y espero que así sea.

Lo que busca la reforma es fortalecer a los sindicatos, ¿usted cree que eso va en la línea correcta?

Yo creo en la libertad. También creo en la importancia de los buenos sindicatos. Por eso pienso que la sindicalización debe darse en forma natural, con libertad. En la minería, por ejemplo, el 90% está sindicalizado, entonces que los beneficios se hagan extensivos o no, no es tema, porque prácticamente todos están en el sindicato, pero se sindicalizan de manera voluntaria y no por ley, eso puede tener otros efectos. Al final se transforman en empoderamientos donde sería bueno analizar sus efectos antes de que transforme en ley.

¿Qué es lo que más le preocupa del proyecto?

Entre otros temas, el fin del reemplazo en huelga es relevante, porque esto de los equipos de emergencias… Yo he estado en huelgas y las faenas son continuas, no pueden parar sin un daño real. Creo que esa es una presión indebida. Debe haber un justo equilibrio.

¿Entonces lo que usted cuestiona es el exceso de regulación en las relaciones laborales?

La titularidad, es decir, que sean los sindicatos los que vean si se hacen extensivos los beneficios o no, es complicada. Imagínese una empresa de mil trabajadores donde solo un 30% está sindicalizado, pero ese sindicato va a tener poder por sobre el otro 70%; no me parece la manera. A mí me gustan los sindicatos, pero no me gusta que me fuercen a algo que no he elegido.

Y usted cree que este proyecto busca forzar…

En algunos casos, eso sucederá. Esta reflexión (de los gremios) que se está haciendo es muy positiva, porque hay una diversidad de sectores productivos de las más variadas actividades del país.

¿Y cómo pretenden hacer para incorporar temas que ustedes demandan, que no están dentro del marco de este proyecto?

Lo haremos a través de los canales institucionales para tratar de tener una mejor ley.

¿Le gustaría que se generara algo parecido a la reforma tributaria, en el sentido que se buscara un acuerdo?

Yo le pedí una audiencia a Bárbara Figueroa, me gustaría conversar con la CUT. Mi sello es ser dialogante, no confrontacional, soy muy concreto y muy seguro en mis ideas, me gusta convencer con respeto y en armonía, y hay espacio para eso.

¿Espacio para un acuerdo con la CUT?

Esa siempre ha sido mi manera de enfrentar la vida. La CUT es tan chilena como nosotros… vivimos en un mismo país, en una misma sociedad.

Tal como está el proyecto hoy, ¿ustedes lo rechazan por completo?

No es que todo esté malo pero creemos necesario introducirle cambios. Tenemos observaciones importantes, y ya las dijimos. Estamos dispuestos a conversar, a manifestar nuestros puntos de vista y a escuchar.

Se formó un bloque de empresarios y emprendedores que busca oponerse a la reforma laboral.

Y veo bien esta instancia donde participa una diversidad de actores. Es bueno conocer los impactos concretos de la reforma en cada sector. Y las ramas de la CPC están ahí.

Menos una (los bancos)…

Y espero que se sume.

¿Y le parece mal que no la hayan incluido desde un comienzo?

La Asociación de Bancos expresó una opinión que no era la de la mayoría. Hoy creo que es importante que todos participen de esta reflexión.

¿Qué piensa del debate por negociación ramal?

La negociación ramal no mejora la productividad del país.

El programa de Gobierno incluye reformas estructurales: educacional, tributaria, al sistema binominal y ahora viene una reforma laboral y constitucional ¿cómo cree que va a quedar Chile después de las reformas?

Son reformas que están en proceso, por lo tanto desconozco cómo van a terminar. Lo único que estoy diciendo es que tenemos un grado alto de incertidumbre y por ello sería bueno acotar las reformas, y crear más espacios de confianzas para poder seguir mejorando la productividad, el crecimiento, el empleo y el bienestar de las personas.

¿No es el momento de abrir más flancos?

No. En una situación de estabilidad macroeconómica, con pleno empleo, uno puede mirar otras cosas, pero en un clima en donde hay espacio de incertidumbre, agregarle más incertidumbre, creo que no es el camino.

¿Cuál es su proyección de crecimiento?

Estoy con la proyección del Banco Central, me parece razonable, ojalá nos situemos al menos en el 3%.

¿Y le preocupa en este último Ipom el alza que tuvo las proyecciones de inflación?

Es una variable que Chile ha manejado muy bien en los últimos años y hay que mirar que en la proyección de dos año está anclada en la meta. No es alarmante, más preocupante es la baja de la inversión.

¿Es el indicador que más le preocupa?

El crecimiento es en función de la inversión y eso genera empleo y mejora los salarios. En paralelo, tenemos que trabajar fuertemente en mejorar la productividad.