Hepatitis A, tifoidea, diarreas bacterianas y parasitarias, influenza y otros, tienden a aumentar porque hay más riesgos de contaminación con aguas sucias, basuras, señala un experto.

Por Cecilia Yáñez.

La emergencia que se vive en el norte del país dejará consecuencias sanitarias entre la población que se ha visto afectada.

El infectólogo de la Clínica Alemana, Luis Miguel Noriega, señala que en situaciones como estás en las que no habrá agua potable ni electricidad por varios días y muchas personas viviendo en albergues es frecuente el aumento de enfermedades infecciosas. “Hepatitis A, tifoidea, diarreas bacterianas y parasitarias, influenza e infecciones por meningococo, tienden a aumentar porque hay más riesgos de contaminación con aguas sucias, basuras”, señala.

La recomendación, dice este especialista, es beber solo agua envasada o hervida y sanitizada. También se debe vacunar contra la influenza y el meningococo para evitar estos cuadros sobre todo entre la gente que está compartiendo albergues..

Ignacio Escamilla, jefe de la Unidad de Pacientes Críticos de la Clínica Bicentenario señala que en los próximos días también podría aumentar el riesgo de enfermedades respiratorias ya que todo el lodo que existe hoy se comenzará a secar y al removerlo levantará mucho polvo fino que será respirado por niños, adultos mayores y las personas que estén limpiando, por lo que las vías respiratorias se verán afectadas por esta irritación aumentando la posibilidad de infecciones pulmonares, faringitis, amigdalitis y bronquitis. Escamilla, también dice que producto de las labores de limpieza y reconstrucción, podría generarse infecciones por tétanos y otras bacterias en la piel producto de las heridas provocadas por los cortes con latas y otros elementos contundentes.

La salud emocional de las personas que han perdido sus casas y familiares, también requieren atención especial. A juicio de la sicóloga de Clínica Avansalud, María Fernanda Agüero, ahora las personas que están viviendo la tragedia todavía están en shock y recién la próxima semana podrían iniciar síntomas propios del síndrome postraumático que puede incluir depresión, falta de deseos de comer, llanto incontrolable, etc. “La sintomatología es muy variada. Hay que pensar que mucho de ellos perdieron sus casas, el espacio más íntimo que se tiene. La recuperación emocional demorará mucho tiempo. Vivieron muchas horas de angustia pensando que podían morir”, explica. A su juicio, intentar retomar la rutina lo antes posible –respetando los tiempos de cada uno- ayuda a recuperar la salud emocional.