En cena anual del sector a la que asistieron la Presidenta Michelle Bachelet y once de sus ministros:

El titular del gremio, Hermann von Mühlenbrock, sostuvo que con ello algunos buscan una mayor intervención del Estado. La Mandataria, en tanto, insistió en la necesidad de concretar una alianza público-privada.

Por Economía y Negocios.

Una férrea defensa del rol que cumple el empresariado y su aporte en la sociedad hizo el presidente de la Sofofa, Hermann von Mühlenbrock, en el discurso que realizó anoche en la Cena Anual de la Industria efectuada en Espacio Riesco.

Frente a la Presidenta de la República, Michelle Bachelet, once de sus ministros, varios subsecretarios y una inusual concurrencia -superior a la de años anteriores- de parlamentarios, economistas y empresarios, el timonel del gremio fabril destacó la política de los consensos y reiteró la disposición del sector privado de trabajar en conjunto con el Gobierno, pero también rechazó los cambios refundacionales al modelo exitoso de desarrollo del país en los últimos años.

Von Mühlenbrock -quien fue interrumpido dos veces con aplausos al referirse al tema de la educación y la ética que debe velar en el sector- manifestó preocupación por el «creciente clima antiempresarial que se ha venido desarrollando» y el cómo se ha denigrado el rol privado en el marco de la discusión de las reformas que impulsa el Gobierno.

El líder empresarial pidió que no se limiten las libertades de emprendedores y trabajadores. En ese sentido, hizo una dura crítica al proyecto de reforma laboral afirmando que dichas medidas apuntan a fortalecer artificialmente la actividad sindical y restringir la libertad de asociación de los trabajadores.

Y, aunque la ministra del Trabajo, Javiera Blanco, haya dicho que eliminará los «grupos negociadores» -que se conforman antes de una negociación colectiva y no están necesariamente sindicalizados- Von Mühlenbrock defendió dicha figura y cuestionó que se esté limitando la capacidad de decisión de los trabajadores. «Cuesta escuchar una buena melodía en un ambiente con tantos ruidos», dijo.

Masivo encuentro

Las palabras de Von Mühlenbrock fueron escuchadas con atención por la Mandataria y gran parte de su gabinete, que asistió en masa a la cena de la Sofofa.

En el encuentro, que fue calificado por los presentes como el foro empresarial más relevante del año, asistieron los ministros de Hacienda, Alberto Arenas; Economía, Luis Felipe Céspedes; de Trabajo, Javiera Blanco; Relaciones Exteriores, Heraldo Muñoz; Desarrollo Social, María Fernanda Villegas; Energía, Máximo Pacheco; Obras Públicas, Alberto Undurraga; Minería, Aurora Williams; Agricultura, Carlos Furche; Transportes, Andrés Gómez-Lobo, y de Secretaría General de Gobierno, Álvaro Elizalde.

Junto a ellos concurrieron los principales dueños, gerentes y ejecutivos de las empresas del IPSA, los máximos dirigentes de los gremios empresariales que agrupa la Confederación de las Producción y del Comercio, así como parlamentarios y políticos de todos los sectores.

También asistieron diversas autoridades del país, como el presidente del Banco Central, Rodrigo Vergara; el presidente de la Corte Suprema, Sergio Muñoz, senadores y diputados.

«Diariamente, se denigra el rol que cumplen cientos de miles de chilenos, que (como empresarios) con esfuerzo y voluntad, invierten su tiempo y recursos por generar riqueza y empujar a nuestro país por encima del desarrollo».

«Nos preocupa el creciente clima antiempresarial que se ha venido desarrollando en el país (…) Algunos han ido al extremo de vincular actos terroristas con la labor empresarial».

«Lo que no nos puede ocurrir es que por extremar una mirada asistencialista del Estado socavemos los pilares que hacen posible que el país siga creciendo impulsado por la iniciativa privada».

«Debemos reconocer que hechos delictivos de alta connotación pública han sido protagonizados por algunos malos ejecutivos y empresarios que con el afán de buscar ganancias indebidas, han abusado de la confianza de los consumidores, han dañado el funcionamiento de los mercados y han vulnerado la fe pública».

«Los empresarios del siglo XXI no vemos a nuestros colaboradores como mano de obra, ya que la empresa moderna requiere de las manos, la mente y el corazón de todos».

«Quisiera valorar profundamente la decisión del Gobierno de concesionar la línea 7 del Metro. Ese es el inicio de un proyecto de dimensiones enormes, lo mismo que pasó hace muchos años en la concesión del túnel El Melón».

«Nos preocupa que el énfasis de los cambios enunciados en materia laboral, apunte sólo al fortalecimiento artificial de la actividad sindical y que, en su conjunto, restrinjan la libertad de asociación de los trabajadores y se le entregue al sindicato una suerte de monopolio negociador (…) Los sindicatos deben ser capaces de atraer a sus afiliados como resultado de su eficiencia y su poder de convocatoria, no por la imposición de una ley».

«Además de la reforma tributaria se anuncian cambios en el sistema de AFPs, isapres, modificaciones al código de aguas, código minero, temas medioambientales, derechos de los consumidores, nuevo rol de la Enap en el ámbito energético, entre otros (…) Muchas de las discusiones asociadas a estos cambios han estado acompañadas de severas críticas al rol del sector privado, tratando de justificar, por parte de algunos, una mayor intervención del Estado en estas áreas».

«Los sindicatos bien organizados y desideologizados contribuyen a mejorar las condiciones de los trabajadores, a generar un ambiente de sana convivencia y son una contraparte importante».

«Los empresarios estamos conscientes de que Chile requiere enfrentar con madurez y realismo la necesidad de cambios que contribuyan a sumar a todos los chilenos al carro del progreso. Para hacerlo, creemos que Chile requiere avanzar a través de un proceso de perfeccionamiento continuo y no por la vía de la reingeniería».

«Hace un año denunciamos que en Chile se ha venido desarrollando una industria de la obstrucción que busca paralizar proyectos de inversión por la vía de la judicialización o de la oposición estridente. En los últimos meses hemos visto el avance de estos grupos que tienen, entre otras causas, paralizados más de US$ 70 mil millones, un 32% más que el año pasado».

«Algunos han ido al extremo de vincular actos terroristas con la labor empresarial. La única explosión que viene desde la empresa, es la internacionalización de nuestras compañías, la diseminación de nuestros productos por el mundo, y la globalización de nuestro esfuerzo, que ha logrado depositar en los hogares de los consumidores del planeta la identidad de nuestro país».

HERMANN VON MÜHLENBROCK, PRESIDENTE DE LA SOFOFA