Aunque Chile aumentó su puntaje respecto de años anteriores, el informe recomienda elevar la tasa de cotización obligatoria, subir la edad de jubilación y revisar la pensión mínima para el pilar solidario.

Por P. San Juan.

Por tercer año consecutivo, el sistema de pensiones chileno ocupó el octavo lugar en el Indice Global de Pensiones 2014, dado a conocer por la consultora Mercer.

Dinamarca lidera el ranking de este año con 82.4 puntos, seguido de Australia (79.9), Holanda (79.2) y Finlandia (74.3). Los sistemas peores evaluados fueron India (43.5), Corea del Sur (43.6), Japón (44.4) e Indonesia (45.3).

Chile aumentó su puntaje total con respecto al año anterior, pasando de 66,4 en 2013 a 68,2, en 2014. Según el ranking, esto se debe a la revisión del alza de las contribuciones obligatorias y a la mejora en las puntaciones en el índice de Integridad. Este índice evalúa la gobernabilidad del sistema de pensiones, es decir, la presencia de regulaciones integrales que den garantía al sistema.

Asimismo, se mantuvo en la categoría B, que corresponde a aquellos países que tienen un sistema de estructura sólida, de características positivas, con varias oportunidades y áreas donde puede mejorar. En esta categoría también está Finlandia, Suiza, Suecia, Canadá, Gran Bretaña y Singapur.

El pilar de adecuación (beneficios otorgados) es el más débil del sistema chileno y presenta una baja 1,3 puntos entre 2013 y 2014 manteniendo la clasificación “C”.

“Según el estudio, lo que más afecta a Chile en este ítem es la tasa de reemplazo. El índice de adecuación evalúa el beneficio final, que es la pensión, y ésta se verá fortalecida en la medida que las personas, las empresas y el estado, cada uno en su rol, se hagan responsables y actúen”, señaló Loreto Barril, líder de Retiro de Mercer Chile.

Según este informe, Chile podría aumentar su puntaje a través de diversas acciones. Por un lado, elevar el nivel de las contribuciones obligatorias para mejorar la tasa de reemplazo neta, aumentar el nivel de ahorro en los hogares, incrementar la edad de jubilación para hombres y mujeres y continuar revisando las pensiones mínimas que reciben las personas más pobres.

“Así también, la educación previsional es un pilar fundamental para mejorar nuestro sistema. La reforma previsional debería contemplar educar a los jóvenes de manera que, al incorporarse a la vida laboral, conozcan cómo opera el sistema y comprendan que la previsión, en gran medida, es responsabilidad de cada uno, y debe ser administrada como cualquier otro patrimonio que se posee”, agregó Barril.

Por otro lado, el informe afirma que no hay sólo un sistema que pueda ser aplicado de forma universal. Sin embargo, hay propuestas comunes a todos los países como las siguientes:

– Elevar la edad de retiro para reflejar el aumento en la expectativa de vida y, con ello, reducir los costos de los beneficios de pensiones financiados con fondos públicos.

– Promover la participación de la fuerza laboral de los adultos, lo que permite aumentar el ahorro para el retiro.

– Alentar a las personas a que aumenten el ahorro privado, tanto dentro como fuera del sistema de pensiones, con el fin de reducir la dependencia de las pensiones públicas en el futuro y equilibrar las expectativas de los trabajadores.

– Aumentar la cobertura de los empleados y/o trabajadores independientes en el sistema privado de pensiones, reconociendo que muchas personas no van a ahorrar para el futuro sin coacción o inscripción automática.

– Reducir o evitar las fugas del sistema de ahorro para la jubilación, antes de retirarse, de manera de asegurar que los fondos ahorrados se utilicen para la prestación de los ingresos para la jubilación.

– Mejorar la administración de los planes privados de pensiones, garantizando una mayor transparencia, para mejorar la confianza de los cotizantes.