Paros sin reemplazo obtiene el 54% de las menciones, en tanto el 64% apoya la existencia de los grupos paralelos.

Por Juan Pablo Palacios.



La última encuesta del Centro de Estudios Públicos (CEP) divulgada hace unos días entregó datos relevantes respecto de la percepción de la población sobre temas vinculados al mundo laboral.

El estudio indagó en las preferencias ciudadanas que hay en torno a los sindicatos, la negociación colectiva, la huelga y las jornadas de trabajo. Esas temáticas se relacionan a los titulares de la reforma laboral del gobierno, entre los que destacan la profundización de la negociación colectiva, el fin del reemplazo de empleados en huelga, el fortalecimiento de los sindicatos y la titularidad sindical.

Previo al comienzo del trabajo de campo del sondeo, el gobierno y la CUT acordaron el reajuste plurianual del salario mínimo, proponiendo un incremento a $ 225 mil a partir de julio. En ese pacto el Ejecutivo comprometió el envío en octubre de la reforma al mercado del trabajo.

Desde el CEP dijeron que en estudios anteriores también habían preguntado sobre algunos temas laborales, aunque con menos frecuencia.

Diario Financiero accedió a las cifras desagregadas de la base de datos de la encuesta, vale decir, los apoyos y rechazos por edad, género, nivel educacional y socioeconómico, y posición política.

El 54% de las personas está de acuerdo en que las empresas no deberían poder reemplazar temporalmente a los trabajadores en ninguna circunstancia para hacer aún mayor la presión sobre la empresa. En tanto, el 36% cree que las compañías deberían poder sustituir a sus empleados en huelga.

En el caso de los paros sin reemplazo, el mayor apoyo proviene de hombres (56,4%). Y entre los segmentos por edad su fuerte está entre los 35 y 54 años (55,8%). Mientras que en los sectores socioeconómicos, sus mejores números están en el medio (56,8%). En posición política, el 60,7% que apoya esta medida se declara de izquierda.

El 64% cree que además de los sindicatos, también deberían poder negociar grupos de trabajadores que se constituyen para la negociación colectiva. El 24% dice que sólo los sindicatos deben negociar colectivamente.

Entre los que apoyan a los grupos paralelos, la mayoría son de la Región Metropolitana (65,6%) y tienen entre 13 y más años de escolaridad (71,8%).

Por otro lado, el 77% está de acuerdo con que empresas y trabajadores pudiesen voluntariamente pactar jornadas laborales más flexibles.

abogado huberto berg, director del berg consultores: «Los resultados de la encuesta en materia laboral deben hacer meditar al gobierno»

– ¿Qué lectura hace del apoyo a la huelga sin reemplazo y del respaldo a los paros como medida de presión?

– Las respuestas analizadas desde la mirada de quien hace la huelga, son bastante esperables. Los chilenos han aprendido en los últimos años, que las huelgas y paralizaciones donde no se ha podido
reemplazar a trabajadores, les permiten obtener a quienes las ejercen todo o casi todo lo que piden, sin importar los efectos negativos que éstas puedan tener en otras personas. Prueba de ello, son los distintos paros en el sector público, que si bien provocan mucho daño a la comunidad en general, al final las autoridades siempre terminan cediendo a las demandas de quienes están en paro o en huelga. Lo mismo se ha visto en los paros de las grandes empresas mineras, por mencionar solo algunos casos. Lo que sí llama la atención de estas respuestas es lo fácil que la gente olvida el daño que ellos mismos han sufrido cuando trabajadores del sector público, como el Registro Civil por ejemplo, han paralizado o el perjuicio que ha sufrido Chile cuando trabajadores de los puertos han paralizado. En ambos casos no se ha podido reemplazar a los trabajadores en paro.

– ¿El apoyo a los grupos de trabajadores que negocian en paralelo al sindicato con la empresa y el rechazo a la sindicalización obligatoria, deben ser considerados por el gobierno en la reforma?

– Esta respuesta corresponde al deseo natural de las personas de que sus derechos les sean respetados y de que no le impongan restricciones que atenten contra el libre ejercicio de éstos. Aun, con el viejo pretexto de que de esta manera se les «protege» de los abusos de otros. La propuesta que les quita a los trabajadores chilenos la posibilidad de decidir libremente la forma en que negocian con su empleador, es un claro atentado a la libertad individual y evidentemente la gente lo rechaza. Los resultados que arroja la encuesta CEP en materia laboral deben hacer meditar seriamente al gobierno y a sus parlamentarios. En relación a su propuesta de no reemplazo en huelga, deben considerar el daño que esta situación puede ocasionar a la comunidad en su conjunto. Por otro lado, sería un error muy grave atentar contra los derechos individuales de los trabajadores como sería el prohibir a los trabajadores chilenos negociar, si es que no pertenecen a un sindicato. Esto último, sería lo mismo que prohibir ejercer el derecho a voto, si es que no se pertenece a un partido político.

claudio palavecino experto en derecho laboral u. de chile: «Apoyo a la flexibilidad en materia de jornada de trabajo es un dato a considerar»

Partidario de la sociedad libre, Claudio Palavecino es profesor de derecho laboral de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, con estudios de doctorado en la Universidad de Valencia y un diplomado en seguridad social en la casa de bello.

– ¿Qué le parece que el 61% de los encuestados diga que al trabajador le corresponde decidir si quiere afiliarse o no a un sindicato, mientras que sólo un 32% apoya que el empleado deba sindicalizarse obligatoriamente al ingresar a la empresa?

– Me parece muy importante el respaldo de los encuestados a la libertad de sindicación, frente a la propuesta de ciertos sectores de sindicalización «por defecto», que es una fórmula apenas encubierta de sindicación obligatoria. Poner al trabajador en la necesidad de repudiar al sindicato si quiere ejercer su libertad de sindicación hace casi imposible tal ejercicio por las presiones y el temor a ser víctima de represalias o generar enemistades.

– ¿Le llama la atención que un 64% cree que además de los sindicatos, también deberían poder negociar grupos de trabajadores en la negociación colectiva?

– Es llamativo también el respaldo a la negociación colectiva de trabajadores no sindicalizados, frente al recurrente reclamo por el monopolio del poder negociador en manos de los sindicatos. Pone en evidencia que hay muchos chilenos que prefieren negociar colectivamente sin la intermediación de dirigentes, ni estructuras orgánicas permanentes.

– ¿Debe ser tomado en cuenta por la autoridad que un 77% está de acuerdo con que empresas y trabajadores pudiesen voluntariamente pactar jornadas laborales más flexibles y también parciales, teniendo en consideración las necesidades de ambos?

– El apoyo a la flexibilidad en materia de jornada de trabajo es un dato a considerar frente a tendencias regresivas como los tiempos de colación que se quiere imponer en ley corta de puertos que despachó el Congreso.

– También se observa en los resultados de la encuesta CEP un mayor apoyo a que las empresas no deberían poder reemplazar temporalmente a los trabajadores en ninguna circunstancia y un respaldo a que los paros tienen que estar siempre permitidos en todas las empresas o servicios públicos.

– En cuanto al apoyo a la huelga sin reemplazo, me resulta incongruente con las tendencias de opinión comentadas. Tal vez la gente no comprende que la huelga sin reemplazo implica una prohibición de trabajar a aquellos trabajadores que no forman parte del conflicto o que se hayan desempleados. También se ha generalizado la idea falsa de que ese es el único modelo de configurar la huelga, cuando en otros países de sindicatos fuertes, como Estados Unidos, se permite el reemplazo. No hay ningún convenio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que prohiba expresamente el reemplazo. De hecho, no hay ninguno que mencione la palabra «huelga».