Este viernes se inicia el Mes del Corazón y los especialistas aprovechan la oportunidad de hacer hincapié en que las personas tomen medidas para cuidar su vital órgano. El infarto es la principal causa de muerte en Chile, por lo que es fundamental actuar oportunamente, señala el cardiólogo de la Clínica Santa María, Pablo Pedreros.

Este viernes se inicia el Mes del Corazón, ocasión en que los especialistas ponen de relieve la necesidad de que las personas cuiden este vital órgano y adopten acciones preventivas para evitar las enfermedades cardiovasculares.

Los factores que aumentan el riesgo de enfermar son tener un estilo de vida sendentario, una mala alimentación, fumar, consumir alcohol en exceso y no realizar actividad física.

Los médicos hacen hincapié en que el infarto agudo al miocardio es la principal causa de muerte en Chile, por lo que actuar oportunamente es prioritario para la sobrevivencia del paciente.

El infarto agudo al miocardio es un evento cardiovascular que se manifiesta tras la obstrucción u oclusión de un vaso sanguíneo en el corazón. Como consecuencia de lo anterior, se produce una interrupción del flujo sanguíneo y la posterior muerte y pérdida de un segmento del músculo cardíaco.

Actualmente el infarto de miocardio es la enfermedad que más personas mata en nuestro país. Si bien es una patología que afecta preferentemente al sexo masculino, en los últimos años también se ha convertido en la principal causa de muerte en mujeres, aumentando notablemente la mortalidad en periodo postmenopáusico.

OJO CON EL DOLOR
Pablo Pedreros, cardiólogo intervencionista de la Clínica Santa María, explica que el síntoma más importante es el dolor.

“Se trata de un dolor opresivo en el pecho. En ocasiones, el dolor se irradia al brazo izquierdo, cuello y mandíbula, así como también hacia el abdomen superior y dorso”, precisa.

Otros síntomas que pueden acompañar el dolor son la dificultad para respirar, sudar frío, náuseas, vómitos, mareos y una sensación inminente de muerte.

El especialista añade que además hay un grupo de la población que es más propensa a sufrir un infarto al miocardio, debido a que presentan uno o más factores de riesgo.

“Los fumadores, diabéticos, hipertensos, obesos, quienes tienen trastornos del colesterol, las personas sedentarias y aquellos que presentan antecedentes de familiares cercanos que padecen de enfermedad coronaria tienen más posibilidades de tener un ataque al corazón, en especial si son hombres”, asegura.

El diagnóstico no siempre es sencillo, dado que existen otras condiciones de salud que también se manifiestan con dolor toráxico, y a su vez, las características de este dolor pueden ser variados, apunta.

Además, precisa que existe una diferencia entre el infarto y la angina (dolor opresivo en el centro del tórax que ocurre ante el esfuerzo) ya que en esta última la duración de los síntomas es menor y se alivia con el reposo o con los medicamentos.

MASAJE CARDÍACO
El doctor Pedreros indica que “toda persona adulta con dolor en el pecho que se acompañe de los síntomas anteriormente descritos, en especial, si es portador de factores de riesgo cardiovascular como hipertensión, tabaquismo, diabetes, debe consultar en n servicio de urgencia”.

También es importante la reacción de quienes estén con la persona al momento del infarto, ya que cuando pierde el conocimiento es necesario realizar un masaje cardíaco para mantenerla con vida mientras llega una ambulancia.

Esta maniobra es sencilla, detalla:

• Se debe poner ambas palmas sobre el esternón y aplicar fuerza con intervalos de un segundo, con el fin de que el corazón siga bombeando.

• El pecho debe hundirse unos 5 centímetros para que el masaje sea efectivo.

• Si después de cinco minutos no hay pulso, hay que ventilar al paciente dando respiración boca a boca: se levanta levemente el cuello para despejar la vía aérea y se traspasa oxígeno con la boca, continuando intercaladamente con el masaje hasta que llegue la ayuda profesional.

• Nunca se debe dar agua o alimentos a los pacientes e idealmente no hay que moverlo.

“Cada minuto que pasa desde que ocurre el infarto el corazón se deteriora y la persona deja de oxigenar el cerebro, por lo que puede quedar con secuelas. Un masaje cardíaco puede ser la diferencia entre la vida y la muerte, por eso es ideal que todas las personas supieran realizarlo: es una maniobra sencilla que puede salvar a un ser querido”, completa el médico.