Las faenas involucradas contabilizan al menos 40 mil trabajadores

Las mineras han dispuesto una cartera de inversiones para asegurar que la mayoría de esta producción, que supera el millón de toneladas anuales de cobre, no se pierda.

Por MARIO RIVEROS M.

Cuando los mineros dicen que cada día que pasa es más difícil producir se refieren a esto: los rajos se hacen más grandes, las leyes van cayendo y, sin una innovación tecnológica que ayude, extraer mineral deja de ser rentable. Tanto que a veces las minas cierran o se reconvierten, pero no pueden seguir igual.

«Es un proceso normal y dinámico en la minería», dicen desde una gran minera del cobre con uno de estos procesos de reconversión a cuestas.

Pero aunque la mayoría de estos procesos están planificados, todos coinciden en que hoy no es el mejor momento para iniciarlos, y que la continuidad de aquellas faenas que podrían hacerlo es más difícil que hace un par de años.

Incluso, según cifras del Consejo Minero, en el año 2020 el 43% del mineral mundial tendrá mejor ley que Chile.

Pero, ¿cuánto de la producción nacional de cobre pasaría pronto por este proceso?

Chile es un país de tradición minera, en el que las minas tienen su historia y están siendo explotadas hace varios años, lo que se nota en que si bien, por un lado el país alcanzó una producción de 5,8 millones de toneladas de cobre en 2013, el 20% de esa cifra, 1,2 millones de toneladas, proviene de yacimientos que de aquí a 10 años deberían afrontar un cierre de faenas o una reconversión. Son al menos siete yacimientos de la gran minería del cobre (ver infografía), los que suman, además, poco menos de 40 mil trabajadores, entre internos y contratistas.

Según el INE, los empleados a nivel nacional del sector no superan los 240 mil.

Continuidad operacional

Todo esto impactaría aún más si se suma a ello la baja en las inversiones previstas por el sector, por demoras o cancelaciones, que debilitarían la posición futura de Chile en el concierto mundial.

La más emblemática de la lista es Codelco.

La empresa está enfocada desde hace varios años en sus planes estructurales los que, dicen en la empresa, le permitirían continuar sus operaciones y no perder su capacidad de producción en el futuro. Con ellos, la minera estatal sumaría 1,2 millones de toneladas de cobre fino al año 2025.

Sin ellos, en los próximos cuatro años la empresa deberá dar inicio al proceso de cierre de tres de sus faenas: mina rajo Chuquicamata (2021), mina rajo y mina subterránea El Salvador (2018), y mina rajo Óxidos Radomiro Tomic (2019). Todo esto representa el 45% de la producción de cobre de Codelco, cerca del 50% de sus excedentes y dan empleo directo a 21 mil personas.

Sin embargo, todos estos proyectos dependen de los recursos que la minera reciba del Estado.

Cerro Colorado, de BHP Billiton, está en pleno proceso de solicitud de continuidad operacional, aunque varias autoridades lo ven con pocas posibilidades, luego de una serie de informes negativos a este proceso.

La productora de cátodos óxidos Mantoverde, de AngloAmerican, cerraría en 2018, al igual que Carmen de Andacollo (Teck), en 2015.

Candelaria, de Freeport y Sumitomo, haría lo mismo en 2017, mientras que Michilla, de AMSA, tendría hasta el próximo año.

CONTINUIDAD

Las mineras deben presentar sus intenciones de continuidad a trámite ambiental.