La industria (multitiendas y supermercados) está optimizando sus costos: ajustar sus plantillas de trabajadores y mantener las restricciones en el negocio financiero están dentro de las prioridades de las compañías.
Hay consenso en la industria del retail: los cambios regulatorios y la desaceleración económica están forzando profundizar las mejoras internas en las empresas para no ver impactados sus resultados. Y el negocio de venta al detalle volverá a ser el foco de estas compañías.
La rebaja de la Tasa Máxima Convencional impactará con fuerza el negocio del retail financiero, que fue el que impulsó el desarrollo del denominado canal moderno, en el cual entran las multitiendas, grandes salas de supermercados y tiendas para el mejoramiento del hogar.
Más aún, todavía hay resabios del problema que generaron la Ley Dicom y el caso La Polar, lo que produjo que las empresas restringieran el crédito a sus clientes.
Y si a esto se suma una desaceleración económica en ciernes, el panorama para la industria del retail es más complejo.
La empresa Forus, ligada a la familia Swett, lo destaca al analizar sus resultados del cuarto trimestre del año pasado: «La economía ha ido dando señales de desaceleración y esto ha comenzado a impactar en el consumo de forma gradual. Para contrarrestar lo anterior hemos ido implementando estrategias tanto en márketing como en costos para lograr la rentabilidad esperada del negocio».
En efecto, todas las empresas del rubro ya comenzaron a adoptar una serie de medidas: una de las más llamativas es el ajuste en el número de trabajadores. Un alto ejecutivo de una compañía listada en bolsa explica que ahora, cuando un trabajador deja la empresa, éste no es reemplazado, salvo que su cargo sea imprescindible. El objetivo es eficientar los costos. Pero, en todo caso, no se descartan mayores ajustes de este tipo para hacer frente a un panorama económico deprimido que impacte las ventas.
No obstante, hay grandes diferencias entre los modelos de negocios: las multitiendas son las primeras afectadas ante una bajón de la economía, por cuanto las personas muchas veces prefieren postergar la compra de bienes durables, como lo puede ser una lavadora o un refrigerador.
Por el contrario, en el caso de los supermercados, éstos no sufren tanto, pues los consumidores no dejan de comprar alimentos ni artículos de higiene personal o del hogar.
Los centros comerciales también se verían impactados ante una desaceleración. Parque Arauco lo explica en sus estados financieros de cierre de 2013. «Los niveles de actividad/ventas de nuestros locatarios están vinculados entre otros al crecimiento económico y dinamismo del consumo en cada lugar donde tenemos operaciones. El deterioro de la actividad económica puede afectar negativamente al nivel de ventas de las tiendas presentes en nuestros centros comerciales y por ende afectar los ingresos de la Compañía, pues un porcentaje de nuestros ingresos depende del nivel de actividad de algunos locatarios», detalla. Explica que, aproximadamente, un 83% de sus ingresos son fijos y un 17% dependen del volumen de venta de algunos de los locales que operan los clientes en sus malls.
«Un deterioro general de la economía podría también afectar el nivel de ocupación de nuestros centros comerciales. Parque Arauco mantiene en general contratos a mediano y largo plazo que le aseguran un arriendo mínimo. La empresa posee además un marco contractual sólido junto con una situación financiera razonable para afrontar un deterioro en la situación económica», destaca la empresa ligada a los grupos Said y Abumohor.
PROPUESTA COMERCIAL
Junto con el ajuste en el número de trabajadores, las empresas están optando por productos con mejores márgenes, buscando mejores negociaciones en sus compras en el extranjero. En este punto, el dólar (su escalada) no es el mejor aliado.
También las compañías están modificando sus propuestas comerciales.
Falabella lo explica al analizar sus resultados del cuarto trimestre del año pasado. En el caso de su filial supermercadista Tottus destaca que durante el trimestre se observó una expansión en el margen bruto debido a la optimización de la propuesta comercial, particularmente en acciones para potenciar el área non-food del negocio. Adicionalmente, los gastos de administración y ventas, como porcentaje de los ingresos, se vieron reducidos en 0,8 puntos porcentuales por políticas de control de gastos efectuadas en el periodo, con foco en aumentar la productividad de los recursos humanos, entre otras acciones.
En la misma línea, la compañía -ligada a las familias Solari, Del Río y Cúneo- destaca la disminución de 2,2 puntos porcentuales en los gastos de administración y ventas en su filial de mejoramiento del hogar, producto de la maduración de las acciones de control de gastos que se implementaron durante 2013 «orientadas principalmente en mejorar la productividad laboral y de la operación logística».
RETAIL FINANCIERO
Con la máxima de eficientar sus costos, las empresas de retail tienen entre ceja y ceja la industria del crédito. Tras una serie de hitos -como la Ley Dicom, los cambios a la tasa máxima y la prevista desaceleración económica, la industria se ha enfocado en disminuir la incertidumbre, apuntando a mantener mejores niveles de riesgo en sus carteras y, de paso, privilegiar a sus clientes con mejor comportamiento de pago.
De acuerdo a los estados financieros reportados a la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS) durante el año pasado por los principales retailers de la industria (Cencosud, Falabella, Ripley, Hites, ABCDin y Walmart), se establece claramente que las carteras- repactadas y no repactadas- han evidenciado una tendencia a la baja, tanto en número de clientes como en los montos involucrados.
Las compañías ya hicieron una limpieza de sus carteras, dejando a sus mejores clientes. No obstante, el trabajo se mantiene, así como se mantienen las mayores restricciones para quienes buscan en las casas comerciales o en las grandes cadenas de supermercados.
La situación preocupa a la industria. Así lo deja en claro Ricardo Mewes, presidente de la Cámara Nacional de Comercio. «Creemos que debe existir una cuantificación de cómo ha afectado el acceso al crédito tras los dos recortes a la Tasa Máxima Convencional. En este punto, el monitoreo corresponde a la autoridad, ya que una de nuestras preocupaciones es que se produzca una desbancarización. Otro temor que tenemos es el aumento de créditos informales en el sector», afirma el directivo.
Pese a esto, las mejoras en las empresas ya han dado resultados. Hites destaca al cierre de 2013 que la tasa mensual de castigo disminuyó con respecto al mismo periodo 2012, producto de la implementación y ejecución sistemática de estrategias de cobranza, basadas en el pago oportuno, así como la oferta estructurada y perfilada de productos de normalización y refinanciamiento.
Por su parte, CMR Chile evidenció un alza de 21,9% en el cuarto trimestre del año pasado, principalmente por un mayor margen bruto por un menor costo de fondeo junto con menores castigos dado el mejor escenario de riesgo observado en el trimestre anterior.
En todo caso, las empresas siguen buscando mejoras.