Accidentes aumentaron un 149% entre el 2011 y 2012. Buin es la comuna donde más se registraron estas emergencias.

Por Sebastián Sottorff
La vista nublada, vómitos y dificultad para respirar. Quienes se intoxican con Gusathion, un pesticida utilizado para hacer frente a una plaga de polillas, tienen pocas horas para llegar a un centro asistencial. Y pese a lo poco conocido que puede resultar esta emergencia, la situación es más habitual de lo que se cree entre quienes trabajan en un predio agrícola de la región Metropolitana.

Esto, porque según datos de la Seremi de Salud, durante el año 2012, hubo 128 personas intoxicadas solamente por esta sustancia. La cifra preocupa a las autoridades, puesto que el nivel de reacciones adversas y de carácter agudo, generadas por plaguicidas ha crecido considerablemente.

Si en 2011 el número de casos totales llegaba a 133, el año pasado la cifra se elevó hasta los 332 casos, lo que significa un aumento de un 149%. Y en lo que va de 2013, se han notificado 174 emergencias.

Según la información de la Seremi, además de Gusathion, las otras sustancias que más intoxicaciones han generado son Atonit, utilizado para el control de cucarachas, y Engeo, un químico usado para tratar plagas en el trigo, leguminosas y otras hortalizas.

«Vemos con mucha preocupación estos casos, que muchas veces tienen que ver con la falta de medidas de protección personal y con la misma conducta de los trabajadores agrícolas», explica la Seremi metropolitana de Salud, Daniela Zavando, agregando que el aumento de las notificaciones tiene que ver con mayor control sanitario de parte de la autoridad, pero también con medidas de protección insuficientes.

«Por ejemplo, muchos trabajadores consumen alimentos en sus lugares de trabajo, no utilizan mascarillas y no respetan los tiempos de reingreso», agrega Zavando, detallando que dichos tiempos tienen que ver con los plazos y la distancia que deben mantener los trabajadores luego de aplicar un plaguicida.

«Muchas veces, por terminar las faenas temprano, se arriesgan y vuelven a los campos antes del tiempo que recomiendan los fabricantes, intoxicándose por las vías respiratorias», explica. De hecho, de las 332 intoxicaciones del año pasado, un 65% se produjeron por exposición de las vías respiratorias ante algún químico.

«Es importante que trabajemos en conjunto los factores de riesgo. Muchas veces el trabajo cotidiano hace que los trabajadores le pierdan el respeto a estas sustancias, por eso es importante que en los campos se habitúen a las medidas de protección», sentencia Zavando.

136
casos de intoxicación se registraron en Buin en 2012. Esta es la comuna con más emergencias de este tipo en toda la región Metropolitana.

39
hay en Melipilla, la segunda comuna con más intoxicados. Peñalolén tiene 20.