El emisor comunicó que por 19 mes consecutivo la instancia monetaria se mantiene sin variaciones. Sin embargo, el emisor dejó la puerta abierta a cambios: «La consolidación de las tendencias delineadas en el último IPoM podría requerir de ajustes en la Tasa de Política Monetaria en los próximos meses». Sin cambios se mantuvo por 19 mes consecutivo la tasa de instancia monetaria. Luego de la Reunión de Política Monetaria de agosto, el instituto emisor acordó mantener en 5% la Tasa de Política Monetaria.

«Los antecedentes recientes muestran una desaceleración de la actividad más marcada que la de la demanda. El consumo se mantiene dinámico, aunque las encuestas de confianza anticipan un menor impulso de esta variable a futuro, en tanto la inversión se modera. La inflación total se ubicó dentro del rango de tolerancia, de acuerdo a lo previsto, mientras que las medidas subyacentes continúan en valores cercanos a 1% anual. Las expectativas inflacionarias
permanecen en torno a la meta en el horizonte de política», dijo el Central en el comunicado.

Sin embargo, el emisor dejó la puerta abierta a variaciones: «La consolidación de las tendencias delineadas en el último IPoM podría requerir de ajustes en la Tasa de Política Monetaria en los próximos meses».

El consenso del mercado en general indicaba que el instituto emisor mantendría las tasas en 5%. Así lo recomendó hace unos días el Grupo de Política Monetaria (GPM), que integran cinco economistas, consideró recomendable la mantención de la tasa, pese a la clara desaceleración de la actividad que evidencia la economía chilena y al entorno económico internacional algo más adverso.

«Mientras el consumo interno mantenga un alto crecimiento, favorecido por un mercado laboral aún pujante y cercano al pleno empleo, en un contexto de alto déficit actual y proyectado en la cuenta corriente, resulta recomendable la mantención de la TPM en su actual nivel de 5%», señalan en su reporte mensual.

Integran el grupo Roberto Álvarez, Rodrigo Fuentes, Tomás Izquierdo, Guillermo Larraín y Gonzalo Sanhueza. Junto a un escenario internacional menos favorable, señalan que un escenario interno que ya registra una desaceleración de la inversión hace prever que la actividad mantendrá una gradual pérdida de dinamismo llevando el crecimiento algo por debajo de su nivel potencial.