El ex ministro señaló que siempre ha existido consenso de que no es posible la negociación ramal si se quiere proteger el empleo, la productividad y el crecimiento.

Por Pía Toro.

Una de las exposiciones más esperadas ayer en el seminario de Icare era la de René Cortázar, ex ministro del Trabajo del Gobierno de Patricio Aylwin. Fue una de las más comentadas.

Es que el economista acaparó las miradas y atención al examinar punto por punto los principales temas que contiene la reforma, a los cuales hizo precisiones.

Hubo una temática que no está incorporada en el proyecto, pero que en las últimas semanas se ha tomado el debate, y que Cortázar no quiso esquivar: la negociación por rama.

En este contexto, el investigador senior de Cieplan fue categórico en decir que “en Chile nadie pretende ni propone pasar a un nivel centralizado (en rama), porque no tenemos la estructura corporativa ni la tradición para usar toda esa naturaleza. Por eso en los últimos 25 años cada vez que se hace esta discusión, en general ha habido un consenso muy amplio de que hay que mantenerse en el nivel de empresa y que no hay que moverse hacia una negociación sectorial si se quiere proteger el empleo, la productividad y el crecimiento”.

En este sentido, el economista explicó que el nivel de sindicalización en Chile se debe a su estructura de negociación que comparte cifras con EEUU (18%), Japón (11%) y parte de Canadá.

“Chile tiene una tasa de sindicalización del 15% de los asalariados frente al 17% de la OCDE, o sea estamos 2 puntos bajo. Este techo, es especialmente claro en países con estructura de negociación colectiva por empresa”, aseveró.

En este contexto, y en base a estudios Cortázar hizo algunas aseveraciones como: “Los países que negocian a nivel de empresa en general tienen tasas de desempleo y subempleo más bajas; cuando va moviéndose hacia la negociación por rama, la tasa de empleo y desempleo en general suben, y hay un peor desempeño del mercado laboral”.

Además indicó que la negociación por rama es más resistidas por las pequeñas empresas, ya que siempre se utiliza el nivel de productividad de empresas intermedias para fijar los parámetros de convenio.

El ex ministro también se refirió al bajo interés de trabajadores por sindicalizarse: “Hay un 15% de trabajadores que dicen que no pueden sindicalizarse por la empresa (…). Necesitamos ampliar la materia de negociación a comisiones de trabajo. Eso crearía mayor interés”.

Recomendaciones

Pero las declaraciones de Cortázar no sólo se quedaron en la defensa del modelo de negociación que propone el Gobierno, sino que también hizo recomendaciones para perfeccionar la reforma.

En cuanto a los pactos de adaptabilidad de jornadas, que en el proyecto coloca porcentajes de representatividad para ser negociados, dijo que es necesario “ampliar la cancha”.

En titularidad sindical, señaló que “es un tema que debe ser revisado en la discusión parlamentaria”, ya que en una misma empresa pueden existir necesidades distintas que un sólo sindicato no podrá representar.

Respecto a la extensión de beneficios, sostuvo que como está establecido en el proyecto, “va en contra de la corriente de la tendencia internacional: homogeneizar los beneficios para que no se produzcan inequidades”, por lo que sugirió una revisión.

Finalmente y frente al fin del reemplazo en huelga, el ex ministro sugirió mantener los reemplazos internos. Afirmó: “especialmente cuando estamos hablando de que la definición de puesto de trabajo está eliminándose con la polifuncionalidad. Más allá de que un fallo judicial (Corte Suprema) haya dicho que dada la legislación actual no podrían haber reemplazos internos; yo estoy hablando de la reforma a la Ley, que es la que manda”.