“Para las bencinas quedan varias semanas de alzas, pese a que los precios internacionales han caído”, dijo economista de EuroAmerica, Felipe Alarcón.

Por Denisse Vásquez H.

En las últimas semanas se ha configurado un panorama complejo para la inflación, en particular por la notoria alza que ha exhibido el precio dólar en el mercado local, que ayer marcó un nuevo peak en seis años y medio al cerrar en $ 666,30.

Lo anterior, sumado a que las bencinas han concretado nueve alzas consecutivas -y se espera una décima para mañana- y que la sequía ha presionado los valores de frutas y verduras, ha provocado que las estimación para el IPC acumulado al cierre del año se acerque cada vez más a la parte superior del rango meta del Banco Central (4%).

Y en el mercado, las expectativas implícitas en los instrumentos de mercado (swaps de inflación) ya apuntan a 4,3% al cierre de 2015. Hace una semana, el mismo mecanismo arrojaba una inflación acumulada a diciembre de 3,93%.

Los riesgos al alza
El economista de EuroAmerica, Felipe Alarcón, señala que los pasajes aéreos y los paquetes turísticos inyectarán inflación de manera inmediata por el alza del dólar, y anticipa un 0,3% para el IPC de julio.

Agrega que en septiembre se verá otro impacto a raíz del cambio de modelo de automóviles, por lo que no descarta que en ese mes la medición se eleve a 0,7%. En un plazo más largo, señala que se verá un efecto en los bienes importados, como vestuario y electrónica.

«Para las bencinas quedan varias semanas de alzas, pese a que los precios internacionales han caído», sostiene y, por lo mismo, prevé una inflación de 3,9% a diciembre. Todo esto, con el supuesto de un dólar cercano a los niveles actuales o menores, ya que esperan que la apreciación sea más bien de corto plazo y termine cediendo en torno a los $ 640 en las próximas semanas.

En BICE Inversiones también esperan que la inflación termine el año en 3,9% y están evaluando incorporar un sesgo al alza en la proyección debido al comportamiento observado en el tipo de cambio.

Como explica el economista de la entidad, Sebastián Senzacqua, lo que está pasando con el tipo de cambio compensa las bajas que está teniendo el petróleo a nivel internacional y el efecto que podríamos ver en el precio de las bencinas nacionales.

El economista de Banco Penta, Matías Madrid, cree que se verá un fuerte impacto del dólar en la inflación, por lo menos hasta septiembre y ve un IPC acumulado de 4% a fines de año «de mantenerse el nivel actual de tipo de cambio como techo».

En tanto, en Banchile Inversiones elevaron su pronóstico de inflación para este año desde 3,9% a 4%, y estiman que la convergencia a la meta de inflación se aplazará hacia el segundo semestre de 2016 «e incluso después».

¿Tasa en 3% todo 2016?
Dado el escenario de mayores riesgos al alza para la inflación y una actividad que no da señales concretas de recuperación, comienza a tomar fuerza la idea de que el Banco Central no realice movimientos en la tasa rectora el próximo año.

«Oficialmente tenemos un primer movimiento en abril, pero estamos casi decididos a optar por un escenario base con una TPM en 3% todo el próximo año», señala Alarcón.

En BICE Inversiones ven un primer movimiento al alza durante el segundo trimestre del próximo año, «de la mano a como haga la Reserva Federal (de EEUU) su ajuste en la política monetaria». Senzacqua añade que si este proceso es lento, «podría entregar un respiro a los bancos centrales de países emergentes, entre ellos el de Chile».

BCI ve convergencia al 3% en primer semestre de 2016

BCI Estudios elevó su pronóstico de inflación desde 3,3% a 3,7% este año, según se desprende de su último informe de estrategia de renta fija.

La entidad plantea que si bien la debilidad de la demanda interna conlleva menores presiones sobre los precios, el tipo de cambio entregaría algo de mayor persistencia en hacia el mediano plazo.

«Estimamos que durante la segunda parte del año, corrigiendo por el efecto estacionalidad de septiembre, los registros de inflación deberían tender a ser menores, aunque la convergencia hacia el nivel meta sólo llegaría hacia mediados del próximo año», postula la entidad.

El economista de BCI Estudios, Felipe Ruiz, dice que en este escenario será fundamental la señal que entregará la Fed en su reunión política monetaria que parte hoy y termina mañana, ya que de darse una de pronta alza de tasas, «no descartamos que el tipo de cambio acelere sobre los $ 670».

En caso contrario, cree que debería ceder, pero no a niveles muy por debajo a los observados hoy.
Para la inflación de julio, la entidad anticipa un alza que oscilará entre 0,3% y 0,4%, dado los incrementos en los ítems fruta de estación (2%), verduras de estación (4%), electricidad (3,3%) y gasolina y transporte interurbano.

En cuanto a la política monetaria, su visión incorpora una tasa que permanece en 3% hasta finales del primer semestre de 2016. «La debilidad en la demanda interna es coherente con una mantención del actual estímulo monetario, mientras la persistencia de las presiones inflacionarias hace improcedente un estímulo monetario adicional», expresa.

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