Idea es que el abuso de esta norma se castigue como práctica antisindical. Se cerró puerta a negociación ramal y derecho a huelga en empresas estratégicas.

Por Juan Pablo Palacios.

El comité ejecutivo de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) volvió a reunirse ayer con los ministros de Hacienda, Alberto Arenas, y del Trabajo, Javiera Blanco, luego del impasse de la cita del lunes, donde a la salida la presidenta del gremio, Bárbara Figueroa, acusó descoordinación por parte de los secretarios de Estado al no abordar claramente los contenidos de la reforma laboral.

Sin embargo, en el encuentro de ayer en Teatinos 120 se vivió un ambiente de más cordialidad. Incluso a la salida de la reunión la timonel de la CUT afirmó que «hubo avances» en el diálogo con la autoridad.
«Si uno tuviera que resumir en una frase el valor de esta reunión, tiene que ver con haber superado los nueve puntos del programa de gobierno, y entonces ya no estamos hablando sólo de las propuestas del Ejecutivo sino que empezamos a hablar de las propuestas de la Central», explicó Figueroa.

Trascendió que en la cita el gobierno mostró las cartas con las que jugará en este debate, vale decir, dejó en claro los tópicos que irán en el proyecto como la titularidad sindical, el piso de la negociación y el fin del reemplazo y cerró la puerta a demandas históricas del movimiento sindical, como la negociación colectiva ramal o interempresas y la modificación del artículo 384 del Código del Trabajo que prohíbe la huelga en empresas estratégicas.

Como guiño para acercar posiciones con la CUT, fuentes que estuvieron en la reunión dijeron que el Ejecutivo se abrió a incorporar en el proyecto sanciones a los abusos por despidos por necesidades de la empresa, el cual está regulado en el artículo 161 del Código Laboral.

Desde la CUT calificaron como un avance este punto, ya que alegan que esta norma ha sido aplicada de manera abusiva por parte de los empleadores, a través de finiquitos masivos tras el término de fuero de los trabajadores que participaron en procesos de negociación colectiva.

Para ello, el gobierno en una próxima reunión que se realizará el viernes 26 de diciembre, recibirá una propuesta de la directiva de la CUT sobre la materia y en base a ese planteamiento se tomará una definición para agregar al proyecto.
De todos modos, una fuente d
e la Nueva Mayoría que está involucrada en el debate señaló que el gobierno ya tiene un principio de fórmula bajo la manga, que apuntaría a sancionar como práctica antisindical el despido masivo de estos empleados.

El mismo informante también confirma que se va a permitir que los sindicatos interempresa tengan el derecho de poder negociar con sus empleadores. Actualmente, estos trabajadores que formaban parte del sindicato pro empresa podían negociar colectivamente a través de grupos negociadores. Sin embargo, con la reforma laboral estos grupos van a desaparecer.

En la CUT además confirmaron que ya hay varios temas de la iniciativa que ya están finiquitados -como el fin del reemplazo en huelga- y sólo queda por afinar la fórmula que tendrá la titularidad sindical en lo que se refiere al fin de la extensión de los beneficios. En ese punto, está pendiente si los trabajadores que se incorporan a la empresa luego del contrato colectivo recibirían o no los beneficios logrados por el sindicato y bajo qué condiciones.

Sobre vigencia de los instrumentos colectivos, el gobierno ya habría decidido que durarán un máximo de tres años y un mínimo de uno. La CUT insiste en tope de dos años.

El rol de Hacienda

Desde el oficialismo dicen que si bien la decisión final sobre el proyecto la tomará la presidenta Michelle Bachelet, es el ministro de Hacienda Alberto Arenas el que ya está dando el OK al diseño.

De hecho en la cita de ayer con la CUT, una fuente reveló que fue Arenas y no la titular del Trabajo el que dio el visto bueno a realizar modificaciones que vayan en línea con las demandas de la CUT.

Añaden que la estrategia es sellar un acuerdo con la multisindical antes de que el proyecto vaya al Congreso ya que el diálogo con el empresariado se entrampó. Sin embargo, en la CUT dicen que no están dispuestos a llegar a consenso, pues quedarán temas pendientes que deberán ser zanjados en el Parlamento.