El presidente de Copec remarcó los beneficios que ha traído consigo el FUT, sosteniendo que con dicha herramienta «por cada peso ganado, hemos invertido un peso y medio». L. Cárdenas, Por J. Mazzucco y C. Muñoz.

El presidente de Empresas Copec, Roberto Angelini, salió al paso de la contingencia por la reforma tributaria que tramita el gobierno en el Parlamento.

El ejecutivo hizo un llamado a la prudencia y gradualidad en el marco de “cambios mayúsculos y de fondo” al sistema tributario y educacional.

“Hay que ayudar en educación, pero tratando de no ir amarrando de manos a las empresas para que sigan desarrollando sus planes”, pidió Angelini.

En esa línea agregó que el actual proyecto de reforma tributaria modifica en forma sustantiva el modo en el que las empresas tributan sus rentas, y destacó que los cambios al sistema afectarán a la reinversión de las utilidades en las compañías.

De hecho, dijo que el Fondo de Utilidad Tributaria (FUT) ha permitido a Copec acumular e invertir US$18.000 millones en las últimas tres décadas, y de paso comparó esta cifra con los US$12.000 millones de utilidad en el mismo lapso.

“Es decir, por cada peso ganado hemos invertido un peso y medio. Y en el mismo tiempo el número de trabajadores se ha multiplicado por cuatro”, acotó.

Consultado si la compañía estaría dispuesta a asumir un mayor endeudamiento para financiar sus proyectos, el directivo sostuvo que “eso habría que verlo”.

Para el presidente de Empresas Copec son las reglas claras y políticas favorables a las inversiones las que han permitido al país competir adecuadamente en los exigentes mercados internacionales.

Otro que también alzó la voz en las críticas al proyecto de reforma tributaria fue el gerente general corporativo de Salfacorp. “Creo que las cosas se pueden hacer un poco más pausado. Creo que hay que conocer bien en qué se va a gastar la plata y cuánta se gastará. Siento que se ha puesto la carreta delante del buey en ese sentido”, advirtió Garcés en la junta de accionistas de la empresa.

Por lo mismo pidió “no hacer una reforma tributaria para recolectar una cierta cantidad de plata sin haber visto antes qué se quiere hacer en educación”.

Agregó que las inmobiliarias traspasarán a sus clientes los nuevos impuestos que deberán cancelar, siendo los más afectados la clase media.

Por su parte, el presidente de Colbún, Bernardo Larraín señaló que “los países legítimamente tienen derecho a establecer mayores impuestos”, sin embargo agregó que es un deber de todos los actores “reconocer que la reforma propuesta es de una gran magnitud y complejidad, y que puede tener efectos negativos en la inversión y ahorro, que compensen los objetivos loables que persigue. Es un deber reconocer estos riesgo y escuchar las recomendaciones de distintos actores sobre los instrumentos alternativos para mitigarlos”.

En la misma posición, el presidente de Bethia, Carlos Heller, sostuvo que “es preocupante que las empresas se puedan seguir endeudando. Creo que no es responsable que las empresas se tengan que endeudar para pagar un dividendo”.

Añadió que los cambios se producen en un año “complicado, con desaceleración económica”.